La tristeza también existe Mis Palabras con Letras

La tristeza también existe

«La tristeza también existe. A veces, llega como una nube pasajera. Otras, es como una raspa en la garganta y viene para quedarse.»
(MJ Guillén)

Es evidente que son malos tiempos para hablar de tristeza, porque parece que tratamos de esconderla, de olvidar que existe, de pasar por alto que es una emoción más.  Mientras tanto, parece que ese deseo de ocultarla coincide realmente con una fuerte presencia en nuestro presente, consecuencia de tantas otras cosas.

Así pues, como hablé de la felicidad, ahora me siento en la obligación de hacer referencia a la tristeza, a pesar de no estar bien vista. Antes de comenzar, quiero aclarar que lo hago desde mi perspectiva, desde mi opinión, sin ser psicóloga, ni nada parecido.  Por lo tanto, solamente escribo sobre un tema que me interesa, dado que, la tristeza es una de las emociones básicas, junto con la alegría, la sorpresa, el miedo, la sorpresa, la ira y el asco.

***

En primer lugar y antes que nada, recurro a la RAE.

Tristeza: Cualidad de triste.

Triste: Afligido, apesadumbrado.  De carácter o genio melancólico.  Que denota pesadumbre o melancolía.  Que ocasiona pesadumbre o melancolía. Pasado o hecho con pesadumbre o melancolía.  Funes, deplorable.  Doloroso, enojoso, difícil de soportar.  Insignificante, insuficiente, ineficaz.

¿Quién no se ha sentido triste alguna vez? Es indudable que todos hemos sentido tristeza.

***

En este sentido, os dejo aquí el poema «Oda la tristeza» de Neruda:

Tristeza, escarabajo
de siete patas rotas,
huevo de telaraña,
rata descalabrada,
esqueleto de perra:
Aquí no entras.
No pasa.
Ándate.
Vuelve
al sur con tu paraguas,
vuelve
al norte con tus dientes de culebra.
Aquí vive un poeta.
La tristeza no puede
entrar por estas puertas.
Por las ventanas
entra el aire del mundo,
las rojas rosas nuevas,
las banderas bordadas
del pueblo y sus victoria.
No puedes.
Aquí no entras.
Sacude
tus alas de murciélago,
yo pisaré las plumas
que caen de tu mano,
yo barreré los trozos
de tu cadáver hacia
las cuatro puntas del viento,
yo te torceré el cuello,
te coseré los ojos,
cortaré tu mortaja
y enterraré, tristeza, tus huesos roedores
bajo la primavera de un manzano.
***

La tristeza también existe Mis Palabras con Letras 1

El caso es que que la tristeza trae un decaimiento del estado de ánimo y, por consiguiente, una reducción en su actividad cognitiva y conductual, una necesidad de aislarnos, de tomar perspectiva, de recluirnos en la calma. También, parece que nos falta la energía.  Es más, parece que solamente la quietud se siente cómoda en nuestro corazón.

«La tristeza se aleja sobre las alas del tiempo» (Jean de la Fontaine)

A menudo, aparece casi sin anunciarse. como una reacción ante algún hecho, que puede ser externo  o interno (generalmente pensamientos o reflexiones derivados de ciertas limitaciones, de alguna dificultad o bien de problemas). Surge de la pérdida, la pena y el daño.

***
«Voy comprendiendo que contra la tristeza no se lucha, pero se puede convivir con ella» (Luis García Montero)

Además, la tristeza cumple algunas funciones igual o incluso más importantes que el resto de las emociones básicas. Sin embargo, tiene mala fama y no es bien recibida, al contrario. Pues bien, la principal función de la tristeza es actuar en situaciones en las que nos sentimos impotentes o cuando no está en nuestra mano solucionar aquello que nos preocupa o no deja de rondar por nuestra cabeza.

Seguro que habéis leído estas palabras de Mario Benedetti en numerosas ocasiones:

“No sé si soy una persona triste con vocación de alegre, o viceversa, o al revés. Lo que sí sé es que siempre hay algo de tristeza en mis momentos más felices, al igual que siempre hay un poco de alegría en mis peores días”

***

E insiste en esta cuestión en su poema «Alegría de la tristeza»:

En las viejas telarañas de la tristeza
suelen caer las moscas de sartre
pero nunca las avispas de aristófanes
uno puede entristecerse
por muchas razones y sinrazones
y la mayoría de las veces sin motivo aparente
sólo porque el corazón se achica un poco
no por cobardía sino por piedad
la tristeza puede hacerse presente
con palabras claves o silencios porfiados
de todas maneras va a llegar
y hay que aprontarse a recibirla
la tristeza sobreviene a veces
ante el hambre millonaria del mundo
o frente al pozo de alma de los desalmados
el dolor por el dolor ajeno
es una constancia de estar vivo
después de todo / pese a todo
hay una alegría extraña / desbloqueada
en saber que aún podemos estar tristes
***

La tristeza también existe Mis Palabras con Letras 2

Aunque nos empeñemos en negarla, la tristeza forma parte de la vida.  Está claro que todos nos hemos sentido tristes alguna vez, la tristeza también existe.  Lógicamente, no siempre podemos estar alegres o contentos.  A veces, es inevitable sentir emociones menos agradables, pero imprescindibles, porque están ahí y llegan, antes o después.

No puedes evitar que las aves de la tristeza pasen por encima de tu cabeza, pero puedes evitar que hagan un nido en tu cabello (proverbio chino)

Lo cierto es que no siempre depende de ti que no haga un nido en tu cabello.  Tampoco la solución a esa situación de pesadumbre. En algunos momentos, es muy complicado sacudirse la tristeza, por su intensidad o por la causa, te acompaña y es imposible escapar de esas sensaciones que produce.  Supongo que hay que vivirla y afrontarla de la mejor forma posible.

***

Para ilustrar el texto, os copio el poema «Estoy triste, y mis ojos no lloran» de Juan Ramón Jiménez

Estoy triste, y mis ojos no lloran 
y no quiero los besos de nadie; 
mi mirada serena se pierde 
en el fondo callado del parque. 
 
¿Para qué he de soñar en amores 
si está oscura y lluviosa la tarde 
y no vienen suspiros ni aromas 
en las rondas tranquilas del aire? 
 
Han sonado las horas dormidas; 
está solo el inmenso paisaje; 
ya se han ido los lentos rebaños; 
flota el humo en los pobres hogares. 
 
Al cerrar mi ventana a la sombra, 
una estrena brilló en los cristales; 
estoy triste, mis ojos no lloran, 
¡ya no quiero los besos de nadie! 
 
Soñaré con mi infancia: es la hora 
de los niños dormidos; mi madre 
me mecía en su tibio regazo, 
al amor de sus ojos radiantes; 
 
y al vibrar la amorosa campana 
de la ermita perdida en el valle, 
se entreabrían mis ojos rendidos 
al misterio sin luz de la tarde… 
 
Es la esquila; ha sonado. La esquila 
ha sonado en la paz de los aires; 
sus cadencias dan llanto a estos ojos 
que no quieren los besos de nadie. 
 
¡Que mis lágrimas corran! Ya hay flores, 
ya hay fragancias y cantos; si alguien 
ha soñado en mis besos, que venga 
de su plácido ensueño a besarme. 
 
Y mis lágrimas corren… No vienen… 
¿Quién irá por el triste paisaje? 
Sólo suena en el largo silencio 
la campana que tocan los ángeles.

***

En verdad, hay distintos tipos de tristeza.  Y, también, grados.  Hay palabras que se asocian a tristeza: melancolía, nostalgia.  Ciertamente, me gusta la palabra melancolía. El escritor Víctor Hugo decía que “la melancolía es la felicidad de estar triste”.

Por otra parte, cada uno debe encontrar la fórmula para superar la tristeza, para tratar de despegarse de ella.  Pero, en mi opinión, hay que saber que existe, que va a llegar y que no hay que ocultarla.  De hecho, a mi me ayuda ser consciente de cuál es el motivo que la produce, pensar en la causa pero sin obsesionarme, dándole la dimensión adecuada, ni más ni menos.  Y, finalmente, reflexionar sobre una posible solución (si la hay) o afrontarla con firmeza.

También me desahoga llorar, a veces de forma silenciosa y otras con rabia, sobre todo cuando hay injusticia detrás, mucho cuando hay decepción y amargamente cuando hay deslealtad o ganas de hacer daño, incluso odio.

***

En relación con el tema, os invito a leer un poema de Dulce María Loynaz «La tristeza pequeña»:

Esta tristeza pequeña
que podría guardarse en un pañuelo…

Esta tristeza que podría echar
con las flores marchitas.

Que podría llevársela volando
el viento.

Y que no vuela.
Y que no se echa.
¡Y que no cabe ya en mí toda!…

***

La tristeza también existe Mis Palabras con Letras 3

Asimismo, quiero destacar que aceptar la tristeza no es una muestra de debilidad. Es evidente que las personas vamos a estar tristes, es así.  Por lo tanto, debemos asumirlo y utilizarlo como una oportunidad cuando sea posible.  A veces, la tristeza también puede traer cosas buenas.  Por ejemplo, acercarte a las personas que te quieren, poder refugiarte en ellas y encontrar consuelo.

Del mismo modo, no podemos olvidar que es una emoción inevitable en el ser humano. Y, en efecto, no pasa nada por estar triste y desanimado. En cambio, es fundamental confiar en quienes nos van tender una mano, en quienes van a estar ahí para que nos desahoguemos, en quienes nos van a permitir contarles nuestras preocupaciones para que canalicemos nuestros sentimientos…

Nadie puede ignorar que hay que preparar el alma para cuando llegue, porque vas a necesitarlo.

Es incuestionable que la tristeza también existe y que duele, sí. Por esa razón, debemos ser fuertes para afrontarla y, de la misma manera, esperar que sea pasajera.

 

2 Comentarios

  1. Austerlitz (Litz) Charry

    Gracias, gracias, gracias querida María José.

    Responder
    • Mis Palabras con Letras

      ¡Muchísimas gracias por tu visita, por tu comentario y por tus palabras una vez más! Te espero por aquí siempre que quieras…

      Responder

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