Como sabéis, me encanta visitar lugares y espacios, como el Mausoleo de los Amantes de Teruel, situado en pleno Centro Histórico de esa ciudad, junto al Conjunto Mudéjar de san Pedro ¿Queréis que os cuente todos los detalles? Acompañadme, que vamos a descubrir muchas cosas.
Tipo de visita:
Tenéis toda la información en la página de la Fundación Amantes de Teruel. Os cuento lo más importante.
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Hay tres tipos de tarifas:
La entrada incluye visita guiada o audioguía.
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Duración de la visita completa: 60 minutos. Duración de la visita sin torre y ándito: 45 minutos. Se realizarán pases cada 30 minutos para garantizar las medidas de seguridad y los aforos permitidos.
Para garantizar estas medidas de seguridad recomiendan hacer reserva previa. Se puede hacer la reserva a través del correo electrónico: reservas@amantesdeteruel.es, Indicando nombre y apellidos, D.N.I., día de la visita, hora y número de personas. Una vez recibido el e-mail, la Fundación Amantes de Teruel te envía un correo de confirmación de la reserva.
Nosotros hicimos la reserva previa para la visita completa, incluyendo el Mausoleo, el Conjunto Mudéjar, torre y ándito. Os recomiendo esta modalidad con la que accedes a todo, porque merece la pena y la diferencia es de un euro. La cuestión es que, aunque reserves, después allí tienes que esperar para entrar. En nuestro caso, había mucha gente y una persona atendiendo solamente. A pesar de estar antes, no nos dio tiempo a entrar en nuestra hora. Pudimos entrar en la siguiente, eso sí. Esto se resuelve con un sistema en el que puedas comprar tus entradas directamente, como ocurre normalmente con otros monumentos. Lo demás, retrasa mucho el proceso.
Mausoleo de los Amantes de Teruel:
El actual Mausoleo de los Amantes fue inaugurado en 2005. El proyecto del edificio, diseñado por el arquitecto Alejandro Cañada, dispone de diferentes salas expositivas que pretenden acercar la Historia de los Amantes al visitante.
Recorrido expositivo:
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Historia de los amantes:
Esta es la historia, tal y como aparece en la página de la Fundación:
En Teruel un joven llamado Juan Martínez de Marcilla, se enamoró de Isabel, hija de Pedro Segura. El padre no tenía otra hija y era muy rico. Los jóvenes se amaban mucho, hasta el punto que se hablaron. El joven le dijo que la deseaba tomar por esposa, ella respondió que el deseo de ella era el mismo, pero que supiese que nunca lo haría sin que su padre y madre se lo mandasen. Entonces, él la quiso más. El era un buen joven, pero no tenía riquezas.
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Pasados los cinco años el padre le dijo: Hija, mi deseo es que tomes compañía. Ella, viendo que el plazo de los cinco años había pasado y no sabía nada del enamorado, dijo que lo haría. En seguida el padre la desposó y al poco tiempo se realizaron las bodas; y el otro llegó.
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Iglesia de San Pedro:
Claustro de San Pedro:
Construido en la segunda mitad del siglo XIV, pertenece al grupo de los cuatro claustros mudéjares que todavía se conservan en Aragón, al menos parcialmente.
Ábside y Jardín de San Pedro:
Torre de San Pedro:
Ándito:
Fundación Amantes de Teruel:
Mi opinión:
Tenía muchas ganas de volver a Teruel. Hacía muchos años que no estaba por allí y encontré una ciudad cuidada, arreglada, ideal para pasar un par de días y desconectar. Es la capital mundial de la arquitectura Mudéjar y también cuna de dinosaurios. En la misma, se puede admirar la arquitectura mudéjar en las Torres y la techumbre de la Catedral, declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, visitar el Mausoleo de los Amantes (Diego e Isabel, protagonistas de la más bella historia de amor jamás contada), y acercarse a Dinópolis para descubrir cómo era el mundo animal en Teruel hace 150 millones de años y ver a tamaño natural los dinosaurios que poblaban la provincia.
Siendo la ciudad de los amantes, a mí me sirvió para celebrar una fecha muy especial, un aniversario redondo que merecía, por lo menos, una escapadita. Y así fue. Además de visitar sus monumentos, disfrutamos de su excelente gastronomía. Sí, me sorprendieron gratamente los sitios que elegimos para reponer fuerzas. También las personas que los atendían, encontramos gente muy amable y muy por la labor de atendernos.
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Por supuesto, teníamos que visitar -entre otras cosas- el Mausoleo de los Amantes de Teruel. Está claro que, si hay una historia legendaria que identifica a Teruel en el mundo, es la de los Amantes de Teruel. Antecedentes de la misma ya se encuentran en el Decamerón de Bocaccio y grandes autores como Tirso de Molina, Andrés Rey de Artieda o Juan Pérez de Montalbán escribieron en el Siglo de Oro sobre el tema. Durante el romanticismo, Juan Eugenio Hartzenbusch la tomó también como argumento para su obra más conocida y Tomás Bretón compuso la ópera de su nombre, que fue estrenada en el Teatro Real de Madrid. En la pintura destaca el cuadro de Muñoz Degraín, y en escultura la obra de Juan de Ávalos.
Ya os he explicado más arriba que nuestra llegada no fue como esperábamos. A pesar de tener reservada la visita previamente, tuvimos que esperar un buen rato para acceder. En el interior se llevaba mejor, pero fuera hacía mucho calor, y la espera en el exterior se hizo larga. A todos los que esperábamos nos disgustó esta situación. ¿No es más sencillo vender las entradas online? Si no es posible -tiene que ser posible porque se hace en casi todos los monumentos- ¿no puede haber más de una persona para facilitar la gestión y hacer más corta la espera?
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Eso sí, el guía que nos acompañó durante el recorrido hizo la visita muy amena, preguntando a menudo si teníamos alguna duda. Nos estremeció la historia de la momias, porque fueron incluso exhibidas. Menos mal que hoy pueden visitarse sus restos, bajo unas magníficas esculturas de Juan de Ávalos, en el mausoleo. Parece ser que el peregrinar de las momias comenzó con su descubrimiento en el año 1555 en una capilla de la iglesia de San Pedro, donde permanecieron visibles hasta el año 1578. Entonces, fueron enterradas de nuevo en la capilla de San Cosme y San Damián de la misma iglesia. Después, un notario mandó desenterrar los cuerpos y levantó acta notarial de los mismos así como de toda la historia. Durante el siglo XVII, los cuerpos pudieron ser visitados en la misma iglesia de San Pedro, hasta que se decidió guardarlos en un armario fuera de la iglesia.
A comienzos del siglo XVIII fueron trasladados de nuevo a un anexo de la iglesia de San Pedro colocándolos esta vez en un panteón. Se realizó un templete de madera para acoger los restos, en una sala del claustro de la iglesia de San Pedro. En el año 1902 en que fueron depositados en dos nuevos sarcófagos de madera tallada y con tapa de cristal. Coincidiendo con la guerra civil, las momias fueron trasladadas a los sótanos del convento de las Carmelitas de Teruel para su custodia y, una vez finalizada, fueron devueltas a su anterior ubicación.
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En el año 1955, año del IV centenario del descubrimiento de las momias, un diario de Teruel comenzó una campaña a nivel nacional con el fin de recaudar fondos para la construcción de un mausoleo. La campaña no tuvo el resultado esperado pero se logró que Juan de Ávalos visitara la ciudad. Al contemplar el horrible espectáculo que ofrecían las momias, se comprometió a realizar un mausoleo digno. Pocos meses después regaló a la ciudad de Teruel su maravillosa obra: el mausoleo de alabastro y bronce en el que actualmente reposan los restos de Diego de Marcilla e Isabel de Segura. No diréis que no es una historia que merece ser contada por todas las vicisitudes vividas.
¿Os habéis fijado en las manos? No llegan a rozarse, simbolizando de ese modo un amor no culminado. Parece que quieren unirse, pero no lo consiguen, representando su amor imposible. No obstante, cuando la luz juega y a través de sus sombras, las manos se unen.
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Isabel lleva la mano en el vientre y los pies desnudos, como símbolo de su pureza. Él lleva la mano en el pecho, como símbolo de gallardía. Ambos inclinan sus cabezas como si tuvieran intención de ver al otro, aunque no lo consiguen. Los sarcófagos se asientan en bases moldeadas en bronce. Para él, leones que simbolizan la valentía. Para ella, ángeles que señalan fidelidad y obediencia. Entre la base y la escultura yacente, en la cabecera de los sepulcros, los escudos de la familia. A los lados, una especie de celosías de alabastro permiten ver los cuerpos momificados que se hallaron siglos atrás en la cercana Iglesia de San Pedro.
Son dos estatuas yacentes sobre dos sarcófagos, esculpidas en alabastro de una forma prodigiosa, con un nivel de detalle impresionante y un tratamiento de los pliegues de los ropajes que impresionan.
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Por supuesto, también pudimos disfrutar del Teruel mudéjar. La ciudad de Teruel es un ejemplo de los más representativos que se pueden encontrar del arte mudéjar aragonés y español. Tal es así, que el mudéjar turolense fue reconocido en 1986 por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad. Visitamos las torres más antiguas, San Pedro y la Catedral, que son de mediados del siglo XIII. También las torres de El Salvador y San Martín, ya del siglo XIV.
Por si acaso, os cuento que el mudéjar es una simbiosis del románico y gótico propios de Occidente y de los elementos decorativos más característicos de la arquitectura musulmana. Por eso, en las construcciones mudéjares podemos encontrar elementos como el arco de medio punto o el ojival propios de la cultura cristiana junto con el uso de las filigranas decorativas a base del ladrillo, material de construcción mudéjar por excelencia y con motivos de cerámica vidriada. Todo ello, junto con la utilización de la madera en las techumbres, son los elementos más representativos de la arquitectura musulmana. Y añado una curiosidad: este estilo arquitectónico solamente se dio en la península Ibérica, que fue el lugar en el que convivieron durante varios siglos ambas culturas. En mi ciudad, Zaragoza, también hay bonitos ejemplos del estilo mudéjar.
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Nos acercamos también a la catedral de Teruel. Entramos para visitarla, pero no nos permitieron subir a ver la techumbre de cerca. Una pena, porque todavía no habían llegado los grupos a los que estaban esperando. Nos hubiese dado tiempo de subir y verla. Nos pareció una mala organización, sin ninguna duda. Su excusa fue que «todos los visitantes vamos a la vez y que el lunes ya no tendrían a nadie». Nos dejaron asombrados con el comentario. Como os digo, una lástima porque es, sin duda, una techumbre mudéjar preciosa de madera pintada y está considerada la capilla sixtina del mudéjar. Su magnífica decoración está hecha a base de motivos geométricos, heráldicos, vegetales, epigráficos y figurativos (oficios, religiosos, reyes, reinas, caballeros, nobles, santos, etc.). Y constituye una verdadera enciclopedia de la vida medieval, que tendremos que disfrutar en otra ocasión.
Eso sí, por la noche, después de cenar, volvimos al jardín de San Pedro porque, durante la visita, nos llamó la atención una bonita terraza con una pinta estupenda. La temperatura acompañaba y nos permitió pasar un rato agradable.
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Sin ninguna duda y a pesar de algunos detalles claramente mejorables, Teruel merece una visita y también el Mausoleo de los Amantes. Y, si os ha interesado la historia, recordad que cada mes de febrero la ciudad de Teruel revive la tragedia de Los Amantes: Las Bodas de Isabel de Segura.
Que hermosas tus narrativas y tu sentido de compartir tus aprendizajes. Gracias
¡Muchas gracias, Dora, por tus palabras y por tu visita! Me alegra tu comentario y tu impresión sobre las publicaciones que voy haciendo. ¡Te espero por aquí siempre que quieras y gracias a ti!