Casi por casualidad, de forma improvisada, he visitado la exposición «Pradilla y la Pintura. Contexto de una obsesión«, que puede verse en el Museo de Zaragoza. Acababa de hacer una típica devolución de rebajas, decidí volver paseando por la Plaza de los Sitios, una de mis preferidas en la ciudad. Pasé junto al museo y vi el cartel de la exposición. Iba bien de tiempo, así que entré a verla. ¡Os doy más detalles!
El Museo de Zaragoza acoge una exposición temporal sobre el pintor aragonés Francisco Pradilla, con motivo del centenario de su fallecimiento. La muestra recoge las diferentes etapas del artista aragonés, desde su formación temprana en Zaragoza y Madrid, su posterior paso por Roma, su fase como director del Museo del Prado y el reconocimiento de su obra, hasta su obsesión por la reina Juana I de Castilla y sus últimos trabajos.
Datos
Fechas de la exposición: Del 26 de mayo al 15 de septiembre de 2021.
Comisaria: Marisa Arguis Rey. Museo de Zaragoza.
Coordinadora: Ana Labaila Sancho. Museo de Zaragoza.
Entidades organizadoras: Gobierno de Aragón, Departamento de Educación, Cultura y Deporte, Dirección General de Cultura. Museo de Zaragoza.
Instituciones colaboradoras: Diputación Provincial de Zaragoza, Museo de Huesca, Biblioteca María Moliner (Universidad de Zaragoza), Museo Nacional del Prado, Museo Nacional del Romanticismo.
Francisco Pradilla
Contenido de la exposición «Pradilla y la Pintura. Contexto de una obsesión»
Incluye una treintena de piezas entre obra gráfica, óleo y escultura, y exhibe cuadros que ya se exponen en el Museo, como el autorretrato del propio autor realizado en 1887 o el cuadro de La reina Juana la Loca recluida en Tordesillas con su hija (depósito del Museo Nacional del Prado), pintado en 1907 y que constituye uno de sus principales ejemplos como artista.
La exposición sobre Francisco Pradilla ofrece un recorrido por los hitos biográficos y pictóricos del artista y se estructura en tres apartados.
Apartados
El primero está centrado en la producción artística del autor, siendo una muestra representativa de todas sus etapas, géneros y técnicas.
Como este desnudo femenino de 1899. Se trata de un apunte para el techo del palacio de la familia Gayo en Madrid, bajo el tema «la primavera pasa» en alusión a la fugacidad de la juventud y la belleza. Es un dibujo que manifiesta la técnica del artista.
En este apartado, la exposición cuenta con una selección de obras de Pradilla procedente de los fondos del Museo de Zaragoza, como Estudio de caballo para el cuadro El suspiro del moro o Doña Pilar Villanova.
También este retrato de una joven, en el que destaca la calidad del autor como retratista, así como su maestría para captar la personalidad de la modelo. Pradilla fue un gran retratista, pero cultivó este género en pocas ocasiones. Pintó a personas muy cercanas, de su círculo estrecho o familiar y aceptó algunos encargos.
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El segundo apartado se aproxima a la obra de maestros, compañeros, discípulos y amigos para descubrir cómo era el ambiente artístico de la época y conocer en mayor profundidad la trayectoria vital de nuestro protagonista a través de las personas con las que se relacionó.
Por eso hay obras de otros autores como Retrato del doctor Lera, tallado en mármol por Ponciano Ponzano o el Retrato de Santiago Ramón y Cajal de Joaquín Sorolla:
Vista de Zaragoza de Juan José Gárate y Clavero:
El Retrato de Pradilla de Alejandro Ferrant y Fischermans de 1874. No será la única vez que Ferrant efigie a su amigo, pues en 1889 lo pinta junto a Goya y a otros aragoneses ilustres en la obra Alegoría de Zaragoza que decora el techo del antiguo Casino Principal de Zaragoza.
Ferrant destacó en el género de la pintura decorativa. Pradilla convivió con él como pensionados en la Academia Española de Bellas Artes en Roma, junto a Casto Plasencia.
O La Vicaría de Mariano Fortuny y Marsal, una acuarela sobre papel hacia 1870. En Roma, Pradilla recibió clases de Fortuny, artista a quien admiró y de quien fue deudor, hallando claras reminiscencias estilísticas en producción.
Pradilla a lo largo de su vida nunca olvidará a Fortuny, así se refleja en su documentación, en la que encontramos no pocas frases amables hacia su querido maestro.
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El tercer apartado se centra en la obsesión del pintor por la reina Juana I de Castilla a lo largo de toda su carrera y trata de aproximarnos a la figura de esta monarca.
Obsesión por la reina Juana de Castilla
Francisco Pradilla sintió una enorme atracción por la figura de esta reina, convirtiéndola en la protagonista de numerosas obras a lo largo de su trayectoria artística.
La primera vez que se aproximó fue en 1876 en un boceto titutado Doña Juan la Loca en los adarves del Castillo de la Mota. Un año después volvería a ella en Doña Juana la Loca, cuadro realizado como trabajo final de su pensionado en Roma. Con esta obra obtuvo numerosas distinciones, consagrándose como pintor de historia y alcanzando la fama nacional e internacional.
Uno de los pasajes biográficos de la reina que mayor interés despertó en Pradilla fue su reclusión, durante cuarenta y siete años, en el palacio anejo al convento de Santa Clara en Tordesillas, junto al féretro de su esposo. El pintor reprodujo esta temática en el lienzo Doña Juana la Loca, recluida en Tordesillas con su hija, la infanta doña Catalina.
Se conocen hasta tres bocetos del tema más cuatro versiones definitivas.
Mi opinión sobre la exposición «Pradilla y la Pintura. Contexto de una obsesión»
Como os he contado, llegué sin esperarlo a esta interesante exposición que me sorprendió y me gustó, porque me acercó a un importante pintor aragonés, Pradilla.
Siempre es un lujo perderse por las salas del Museo de Zaragoza. Pero, es una auténtica gozada hacerlo en un día de verano, casi sin tropezarte con nadie y disfrutando de una muestra que nos permite conocer la obra de este autor, así como su curiosa obsesión por la figura de Juana la Loca.
El artista nos muestra a la reina junto a la ventana, con mirada ausente y una actitud ajena a todo lo que le rodea, incluida su hija Catalina. En realidad, actualmente sabemos que fue una mujer con una amplia formación y gran capacidad, que renegó de la religión, siempre tuvo claro lo que quería y no dudó en oponerse a las voluntades de sus progenitores.
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Llama la atención que no fue el único que sintió atracción por la reina, porque también se fijaron en ella otros artistas, historiadores, literatos y poetas de la época. Su triste historia resultaba muy sugerente para el romanticismo de la época. La aproximación de estos artistas contribuyó a la creación del mito de su locura, cuestionado ahora.
Y todo esto queda reflejado en la exposición, por eso conviene leer toda la información que nos ofrece, con calma.
Esta exposición es una oportunidad excelente para aproximarse a Pradilla y la pintura que desarrolló a lo largo de su trayectoria. Realizó una magistral y extensa producción de pinturas que muestran su versatilidad para trasladar al lienzo todos los géneros. Además de sus dotes excepcionales de pintor, tenía una vastísima cultura, muy profunda en materias de arte, adquirida por propia iniciativa y particular estudio.
Además, se completa el recorrido con un audiovisual que se proyecta para ilustrar el último apartado de la muestra. En el vídeo, Francisco Pradilla narra en primera persona la inspiración que encontró en la reina y describe todos los detalle del lienzo de la reina recluida.
¿Como no os voy a recomendar la exposición sobre Pradilla y la pintura? Sí, tenéis que ir a verla. Esta vez os aviso con tiempo, pero no lo dejéis o terminará sin vuestra visita. Y espero que, los que no podáis ir por distintos motivos, hayáis disfrutado de mi visita y os haya picado un poco la curiosidad sobre este gran pintor aragonés.
Por último, os animo a seguir la cuenta del Museo de Zaragoza en Instagram. La han puesto en marcha hace poquito, pero os aseguro que merece la pena.
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