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Reseña «El beso del ángel»

Autor: Andrés Pascual

Páginas: 400

Curiosidades

Inicio la reseña de «El beso del ángel» recordando que tuve la suerte de entrevistar a su autor, Andrés Pascual, en el blog.  Podéis ver la entrevista aquí.  Además, publiqué una reseña de un libro suyo, «A merced de un dios salvaje» que tenéis aquí.

De esta novela se ha dicho:

“Un thriller que ya querrían para sí los escritores nórdicos”. (La ventana, Cadena SER)

“Apunta a convertirse en un fenómeno literario al estilo de El silencio de la ciudad blanca”. (El Correo)

Tal y como ocurría en su novela anterior, el mundo del vino está muy presente en esta obra.

«Tiempo atrás, los enólogos tenían colgado el sambenito de químicos maléficos que vertían polvos en las cubas para transmutar el vino en otra cosa que podía ser de todo menos natural. Nada más lejos de la realidad. Una vea realizados con amor de madre los trabajos a pie de viña, la química proveía a Didier de datos con los que mugar hasta encontrar la combinación mágica» (Página 206)

 

Aunque en este caso, no se trata de un entorno tradicional, si no de una bodega que sí es familiar, pero que ha dado un giro para convertirse en un espacio moderno, de diseño.

Y también supone una vuelta a su tierra, La Rioja, como sucedía en  «A merced de un dios salvaje».  En esta ocasión,  la trama se desarrolla en la capital de comunidad autónoma, Logroño. Una de esas ciudades españolas de tamaño medio, que parecen tranquilas y cómodas pero, precisamente por esos adjetivos, a veces pueden llegar a ahogar a sus habitantes.

En las pequeñas capitales de provincia, el problema que suelen tener las personas es la falta de identidad porque:

«nos solemos ver obligados a ir por una serie de carriles marcados para estar a la altura de los demás mucho antes de estar a la altura de nosotros mismos».

La crisis del coronavirus retrasó casi dos meses la publicación de la novela y obligó a su autor a suspender actos promocionales y viajes.  A cambio, le sirvió para confirmar sus ideas sobre la vida:

«En la vida solo tenemos que buscar un confort mínimo y lo más importante, debemos ser fieles a nosotros. Cuando ocurren estas dos circunstancias, aceptamos el mundo, crecemos y aprendemos a no esclavizarnos con el trabajo o con las obligaciones del día a día»

Sinopsis

Camino, hija de un afamado chef, lo tenía todo: riqueza, belleza, inteligencia y el convencimiento de que estaba destinada a brillar. Mientras forjaba una carrera de periodista en el extranjero se vio obligada a volver a su ciudad natal, donde nada era como recordaba. Su madre pasaba los días cuidando a su padre, en estado vegetal tras un ataque sufrido después de que su otro hijo, Lucas, arruinara a la familia.

Mientras Camino se viene abajo incapaz de encontrar su sitio, su hermano reaparece para pedirle un favor que hace aflorar un secreto enterrado hace mucho tiempo. Todo se complica cuando una jovencísima celebrity local es brutalmente asesinada en el evento de inauguración de una bodega y la investigación apunta a Lucas como autor de la carnicería. Si ese dramático hecho es el tren al que Camino ha de subirse para relanzar su carrera, está más que dispuesta a no dejarlo pasar… aunque le conduzca al mismísimo infierno.

«Voy a borrarte el beso del ángel, tu marca de nacimiento. Voy a arrancarte la piel».

Se trata de «un ‘thriller’ salpicado de vino y sangre, en el que se explora el lado oscuro de las personas y que genera un miedo controlado en el lector.

 

Mi opinión 

Estructura

El texto está dividido en 56 capítulos, lo que permite una lectura ágil y entretenida.  Al final cuenta con un apartado de «Agradecimientos».

Está escrito en primera persona y en presente.  Aunque hay algunos capítulos que regresan al pasado.

La historia

En «El beso del ángel»  la protagonista es Camino Tejada, una periodista que regresa del extranjero a su ciudad natal, Logroño, para cuidar a sus padres: una madre que había sido una belleza local y un cocinero con una estrella Michelín que está en estado vegetal tras sufrir un ictus porque su otro hijo, Lucas, arruinó económicamente a la familia.

Sin embargo, para mí la historia principal es la de una familia que lo tenía todo en el pasado, desde un punto de vista material pero que, actualmente, está rota, dividida, tocada y casi hundida.  En un momento dado y por un escabroso suceso, sus integrantes tratan de recomponerla, precisamente cuando las cosas parecen ir peor que nunca.

«… toda mi familia se deshace como un castillo de arena al borde de un mar enfurecido, que éramos el centro del mundo y, ahora, una goma gigante no está borrando del mapa» (página 163) 

Y el otro tema principal es el vino:

Nos habla del conflicto entre tradición y modernidad, de que tradición es mantener el compromiso de sus ancestros por convertir las uvas en poesía embotellada; de cómo se habían acostumbrado a elaborar tintos para los críticos de las revistas sin pensar en el consumidor; de las red de calados subterráneos que tienen las bodegas clásicas; la dificultad de cambiar el mundo del vino; hace alusión a los grados alcohólicos, la maceraciones, las añadas…

«Eso es lo que le pasa al vino, que nos lo tomamos demasiado en serio.  Si consiguiéramos que la gente lo pidiera como la cerveza, por el hecho de disfrutar, venderíamos tres veces más.  Y, sobre todo, le solté a la cara: «Antes de criticar un vino, mejor harías en valorar todo el trabajo que hay detrás de una botella»». (página 177) 

Aprendemos que el peor vino de una carta es el segundo más barato (en el libro descubriréis la razón).  Y que esa diferencia de temperatura entre el día y la noche de La Rioja es lo que le viene tan bien a la maduración de la vid.

La comida es otro tema importante.  Desde los canapés de trucha ahumada del Najerilla con cebolla en escabeche de la fiesta; la cazuelita con un hortelano (un pajarillo no más grande que una mano de un bebé, una especie protegida en Francia) al armañac en la inauguración del restaurante; las chuletillas asadas en la pequeña propiedad del padre de Fabiola; los caparrones rojos de Anguiano con un poco de berza; hasta champis, zapatillas de jamón, hamburguesitas de Kobe, bocatitas de bacalao desmigao con guindilla, pimientos rellenos, oreja…  en la abarrotada calle San Juan.

Pero, a lo largo de la novela hay más temas:

Las enfermedades mentales.  Conocemos cómo es un psicótico.  Son metódicos hasta la obsesión, suelen personas aparentemente normales o inteligentes, con un ego tan enorme como su necesidad de tenerlo todo bajo control.  Y nos da detalles de un trastorno límite de la personalidad, que se mueve en el límite entre la neurosis y la psicosis.

«Hay personalidades psicóticas que se excitan por el mero hecho de infligir dolor; otros persiguen la emoción del poder y reducen a sus víctimas a la nada con torturas; otros creen tener la misión de eliminar la basura de la humanidad» (página 129)

Los tres votos del budismo, tres compromisos que deberíamos adoptar para salir adelante en este mundo, foco de caos y sufrimiento.

«Está el voto samaya, que trata de aceptar el mundo tal y como es, sin prejuicios, conscientes de que cualquier cosa que ocurre ante nosotros es una vía para el despertar.  También el voto pratimoksha, que habla de no infligir daño alguno con nuestras acciones, palabras o pensamientos. (…) Y para terminar, el voto Bodhisattva, que supone un paso más ya que habla de practicar la compasión de forma activa, con el compromiso de cuidar de los demás» (página 316) 

Y también:

  • La geolocalización, que evidencia si has ido de forma repetida a un lugar que se sale de tu rutina o donde estás cuando sucede algo.
  • El mundo de las asociaciones en el mundo rural de La Rioja, una pequeña región vertebrada por aún más pequeñas municipios.
  • Referencias sobre cómo se hacían las adopciones siglos atrás, en época del rey Hammurabi, de los griegos, de los romanos, en la Edad Media…
  • Esa droga de sumisión química, la burundanga, tan potente que permite que cualquier persona haga lo que tú quieras, porque se queda medio adormilada pero dispuesta a obedecerte.  Aunque es la preferida de los violadores, no es la única droga de sumisión química.  Hay otros muchos cócteles de diferentes sustancias, incluyendo anestésicos de los que se utilizan en las intervenciones quirúrgicas.
  • Se puede conseguir la ficha dental ante mortem par cotejarla, si un rostro ha quedado irreconocible y desconoces la identidad, incluso hay formas de hacer reconstrucciones sobre cráneo para conseguir un dibujo más o menos fiel.
  • El sensacionalismo de la prensa que tanto vende y que da muchas veces lugar a un juicio popular, sin garantía alguna.
  • Las manchas de nacimiento, o el beso del ángel, o la mancha de la bruja, o mancha de vino de Oporto… Si es conveniente borrarlas, si se quitan con láser, si afean…
  • Todos tenemos unas particularidades gráficas que nacen de gestos mecánicos y se mantienen invariables con el paso de los años.
  • Nos enteramos de que es posible extraer información de las células epiteliales por despreciables que parezcan y eso permite obtener un perfil genético. Leemos sobre cromosomas, ADN, vínculos biológicos, marcadores genéticos…

Los personajes

Camino Tejada es la protagonista. Uno setenta, esbelta, pelazo cobrizo ondulado.  Los ojos azules de su madre, la nariz marcada y los labios carnosos de su padre.  En cuanto a su nariz, lo que le puede robar de sex-appeal se lo devuelve multiplicado en personalidad.  Tiene una manchita de nacimiento que luce bajo la oreja derecha.  Cuando está nerviosa cuenta chistes malos y suelta sin filtrar todo lo que se le pasa por la cabeza, dos cosas que le hacen parecer un tanto infantil.

Estudia una carrera que le entusiasma, periodismo, encuentra trabajo en una agencia de noticias de Madrid, tras el período de prueba le envían a batirse el cobre a Bruselas, y de repente, por la situación familiar, se ve obligada a volver a la casilla de salida. En lo que a complementos se refiere tiende al exceso.  Su hermano piensa que no quiere una vida propia, que lo que quiere es una excusa para seguir quejándose de que no tiene una vida propia.

Lucas Tejada es el hermano de Camino. Es una de esas personas que todo el mundo quiere que le toque a su lado en una cena.  Vive la vida a pecho descubierto.  Se le da muy bien ayudar, salvo cuando el del marrón es él mismo.  Sabe escuchar, trata de igual a igual a todos aunque no tengan ni idea.  Es un experto en ese tipo de comunicación más allá de lo verbal.

Es tremendamente expresivo y no duda en dedicar sonrisas a diestro y siniestro.  Un hombre encantador que enamora a su paso.  Cuando todo el mundo le da la espalda por la quiebra de su promotora, Fabiola le convirtió en su protegido dándole trabajo como director de marketing y comunicación de la bodega y mánager del hotel.

Fabiola Marín es la propietaria y bodeguera más potente de la región.  De reina para arriba, antes muerta que sencilla. Es la primera mujer de Claudio, el padre de Camino.  Las malas lenguas dicen que lo tiene sometido.  Tras el divorcio, se vuelve una persona patológicamente huraña.  Es una mujer que nunca ha temido innovar en un mundo tan aferrado a sus tradiciones como es el del vino.  Son conocidas sus excentricidades y su aislamiento voluntario.

Es una mujer un poco extraña, pero también una empresaria con un ojo envidiable, sus decisiones financieras y comerciales son a cada cual más inteligente.  La autoridad de aristócrata que emana se impone a su discreta altura.  Pelo muy rizado, pelirrojo, sus ojos ofrecen un reflejo de la historia de la ciudad en la que se ha hecho un hueco para siempre y te invitan a acercarte.  Estatura media, curvas amables, piel muy blanca, con pecas.

Conchita es la madre de Camino y Lucas, la segunda mujer de Claudio.  Es una mujer de complexión delicada, como sus maneras.  Forma parte de un club de esgrima en su juventud.  Entonces convierte el combate en un baile aristocrático, con ese estilo heredado de románticos ancestros que conquista a Claudio hasta el punto de empujarlo a abandonar a su esposa.

Tiene piel cuidada y ojos azules.  Procede de Ábalos, pero se ha criado en Logroño, ella es urbanita.  Va a la Enseñanza, hace COU en Marianistas y después se ventila sin sentir los tres cursos de la Escuela de Turismo.  Su primera idea es montar una agencia de viajes, pero cuando conoce a su marido se encomienda a él y a su restaurante.  Ella es la que traza un plan estratégico y lleva al personal más derecho que una vela.

Marcos Guerrero es un inspector jefe de la Policía Nacional, jefe de la unidad operativa, al que Camino conoció ochos meses atrás en un evento de la Casa de Periodistas.  Tiene barba poblada, una bulldog francesa muy viejecita y una vis protectora.  Tiene un apartamento en uno de esos edificios levantados de un día para otro cerca de la comisaría, próxima al campo de fútbol.

A Camino le gusta una versión suya, cuando deja sobre la cómoda la placa y esos escudos interiores menos brillantes, pero que marcan un perímetro igual de infranqueable.

Claudio Tejada es el padre de Camino y Lucas.  Termina el graduado escolar y se pone a trabajar de camarero.  Sueña con convertirse en cocinero.  Un cliente que está de paso, le ofrece un puesto de pinche en su mesón de Durango.  Ese mismo día, se despide y se va con su pinta de figurín.  Mientras aprende a cocinar, también se cocina a él por dentro para convertirse en un hombre encantador, a través de la lectura.

Se convierte en la nueva promesa de la cocina, con su flequillo bien peinado y la pinta desenfadada de quien no tiene que esforzarse para resultar atractivo.  Entonces es novio de Fabiola, que le monta el restaurante.  Después, conoce a Conchita y se enamora de sus dedos y sus ojos azules.  Deja a su primera mujer.  Su restaurante «Los Estorninos» consigue una estrella Michelín.

Otros personajes son:

Bugatti lleva siete décadas a sus espaldas, pero no tiembla ante los esfuerzos físicos.  Es corpulento y de miembros robustos.  Trabaja de chapuzas en la bodega de Fabiola, donde también hace de chófer.  Forzudo, pero romántico.  Su único vicio es leer filosofía y, con el tiempo, se ha convertido en uno de esos sabios que lo dicen todo con sus silencios.

Después, se ocupa de los recados, los portes, las gestiones administrativas en el restaurante Los Estorninos.  Llama sobrina a Camino, no tienen la misma sangre, pero sí mucha alma compartida.  Siempre ha sido un alma libre y, con ese cóctel filosófico que lleva dentro, no se le escapa la más mínima miseria humana.

Sor Blanca es la jefa de la Cocina Económica.  Conocida como «Hermana Sirvienta», pertenece a las Hijas de la Caridad que gestionan el comedor.  Bajo su hábito se esconde una mujer moderna y resolutiva.  Acumula sesenta y tantas primaveras bien llevadas gracias a esa curiosidad inagotable que le da un brochazo de eterna juventud a su cara de roedor de dibujo animado.

Para ella, lo importante es creer en las personas y en sus posibilidades de construir un futuro mejor para los demás y para nosotros mismos.

El vicepresidente de la junta de la Cocina Económica.  Es topógrafo, un hombre mayor que tan pronto se echa a las calles a buscar donaciones como pasa las tardes dando clases de refuerzo de matemáticas en las aulas del piso de arriba.

Álvaro Montaña es el vocal de la junta de la Cocina Económica.  Es un informático dueño de una cadena de sistemas tecnológicos para empresas en su lustrosa cincuentena, más estirado, pero con muchos contactos que van bien para la fundación.  Con el anterior, forman parte del equipo que impulsó los nuevos proyectos.  Atesora poca clase.  Acaba de dejarse bigote, como si ese punto de moderno fuera a arreglarlo.

Manjou y Bagdomo son hermanos, dos torres venidas de Burkina Faso.  Son un encanto.  Duermen envueltos en cajas de cartón en un pasaje junto a la estación de autobuses y se levantan cada día convencidos de que algo va a cambiar.

Santos Valdemar es el abogado de Lucas.  Tiene el despacho en una torre emblemática del centro de Logroño.  Suele llevar un traje estrecho como si fuera un maniquí.  Tiene dos niños rubios.

Tonga es la bulldog francesa muy viejecita de Marcos.  Se está quedando ciega, por eso la cuida como si fuera un bebé.  Tiene sus caprichitos, como ese arroz con pollo que tanto le gusta.

Hugo Betancour es un reportero gráfico venido fuera que lleva unos meses trabajando el periódico.  Un bombón rubio de uno noventa y tantos con un toque canalla que debe de traer loco a media redacción.  Tiene un ojo especial para descubrir instantáneas donde parece no haberlas.  En el pasado ha trabajado en el equipo de investigación de un diario de Lanzarote y tiene oficia de sobra.

Victoria es una chica unos años mayor que Camino, que está en la fiesta de inauguración del hotel con Hugo.  Es familia de un noble de la Sonsierra y es divertida.

Penélope Lasanta es una veinteañera guapísima con pinta de esas japonesas que se disfrazan de personajes de anime.  Preciosa melena rubia que cae por un lado, flequillo recortado con tiralíneas, tez pálida impoluta, con ojos enormes y pestañas marcadas, piernas finísimas.  Más allá del aspecto un tanto excéntrico y de la inquietante mezcla de inocencia y sensualidad, desprende un halo que hipnotiza.

Es famosa, la nueva reina de Instagram gracias a unos vídeos en los que se dedica a leer sus propias poesías. Es de Logroño, contra todo pronóstico, y un fenómeno viral.  Su voz parece un río y su sonrisa lleva dentro mucha más sabiduría de la que le correspondería por su edad.  Escribe desde niña, cuando repartía sus primeros versos entre sus vecinos.  De ahí salta a los recitales provinciales, que le sirven de rodaje para cuando graba su primer vídeo.

Lleva dos años viviendo en Madrid, donde combina sus vídeos con la carrera de filología, que cursa con calma.  Está terminando de corregir las galeras de un nuevo poemario que va a publicar con una gran editorial.  Es una de esas chicas que, siendo preciosa, parece un poco triste.

Mariela Solís es la mejor amiga de Camino del colegio, la que le da consejos de experta para calmarse antes de salir hacia la iglesia el día de su comunión.  Vive en una urbanización de la carretera de Soria, en la que fue la casa de sus padres (porque ellos se mudaron a la costa por temas de salud), donde juegan de niñas en una habitación extra que sacaron en el garaje levantando un tabique. Se ha casado con su novio del instituto, tienen la parejita.

Santolaya es la compañera inspectora de la brigada de Marcos.

Tito del Prado es el coordinador de ediciones del periódico local.  Al poco de regresar Camino a Logroño va a pedirle trabajo, ya que viene a ser lo que antes se conocía como redactor jefe.

Lucio Brieva es el de la distribuidora de bebidas.

Julio y Lara forman un matrimonio asistente a la fiesta.  Él tiene una empresa de climatización para bodegas.  Ella trabaja también en el mundo del vino, pero de financiera.

Sonia es una de las redactoras que se está ocupando de la cobertura del asesinato.

La Dra. González es la de la sección de salud del magacín de mediodía en la tele.  Se dedica a la valoración del daño corporal para compañías de seguros.  Calcula la indemnización que corresponde a los lesionados en accidentes de tráfico y laborales, está puesta en patología forense.  Es una mujer madura con el pelo rubio recogido en un moño que le da un aspecto de institutriz.

Fidel Gil es un joven flacucho, con una cabecita más pequeña de lo normal y trajeado que trabaja de financiero en la bodega.  Es muy flaco y la chaqueta de dos botones le hace parecerlo aún más.  Llama la atención que vista de forma tan impecable.  Lleva un alfiler de corbata de la recién creada Asociación de Bodegas de Logroño.

Después de licenciarse en económicas hace un máster en dirección y gestión financiera.  Lee muchos libros de coaching para intentar mejorar las relaciones laborales con los compañeros y los clientes.  Es de acostarse pronto, lee o ve alguna serie, pero no le va lo de salir por ahí y tampoco las fiestas con mucha gente.  Vive solo en un apartamento del Cubo, sus padres son de Rincón.  Sale con una chica, Nuria, que es camarera y estudia chino.

Ernesto Martin es el padre de Fabiola, su única hija, y es asesor fiscal. Termina infectándose con el virus de tener bodega propia.  Opta por un plan de negocio más radical: se hace por cuatro duros con la extensión baldía de terreno que rodea su chalecito, construye allí la zona de elaboración de la bodega, va contratando a jóvenes promesas de la enología para que se ocupen de hacer alquimia y tira de pequeños viticultores para que la provean de uva.

La apuesta le sale muy bien.  Sus vinos son elogiados desde la primera añada y vive unos años prósperos, pero el destino le priva de disfrutar de la sosegada madurez del negocio.

Amparo Loza es de Arnedo y pertenece a la junta a Afammer, una asociación nacional de mujeres del mundo rural.  Tiene el trasero muy grande, lo cual no le impide enfundarse unos vaqueros que le marcan aún más.  No se conserva mal.  Su marido también anda metido en una nueva asociación con un grupo de agricultores y ganaderos.

Darío Soto es el director general de Sotocont, una empresa que está cerca del Polígono La Portalada.  Treinta años, hijo único del propietario, joven, rico y del mundo del vino pero no bodeguero.  Tienen un negocio de jaulas para botellas que exportan a medio mundo.  La media melena morena, su constitución fuerte, los zapatos relucientes y su voz atildada le caracterizan.

Yasmina es la chica que sale con Darío Soto.  Es venezolana por parte de madre, estudia enfermería y no supera los veinte años.

Doctor Ochoa es el psiquiatra de Fabiola.  La conoce bien, la atiende cuando empiezan los primeros síntomas depresivos, años atrás; y tiempo después al casarse.  Su aspecto es de lord aún más británico que los muebles de su consulta.

Didier Lozahic es un enólogo que trabaja en la bodega, es de Burdeos y, junto con el sueldo, solicita un sitio para vivir en la misma bodega.  Él echa una mano a Fabiola con sus primeras creaciones.  Juntos empiezan a abrir un calado poco a poco.  Cuando los albañiles van a hacer alguna obra gorda, aprovechan la maquinaria y tunelan unos metros.  Llega a pagar de su bolsillo a un peón para que lo ayude a picar y sacar piedra en una capillita lateral que le regala para que guarde sus primeras botellas.

Virginia es una chica que trabaja durante un tiempo de administrativa en Afammer y después echa una mano cuando hace falta.  Sobre todo contestando el teléfono.  Tiene paciencia, sabe escuchar de verdad, no como una de esas teleoperadoras que van a lo que van.  Las socias la adoran.

Terry tiene la edad de Camino, más delgado y espigado, pelirrojo y con el cabello rizado.  Tiene un taller de bisutería, junto con pareja.

Teo es la pareja de Terry.  Son muy protectores el uno con el otro.  Todo en ellos es etéreo, ambos desprenden ese halo espectral.

Estíbaliz es una antigua becaria del periódico.

La señora Villegas tiene una casa de tolerancia en

Nuria Herce es la novia de Fidel.  Está recién separada y de momento no quiere que la gente se entere de la relación.  Es camarera.  Cuando acabe en la escuela idiomas (estudia chino), buscará algo.

Tamara es la secretaria del abogado Santos Valdemar.   Tal vez se considere poca cosa porque es pequeñita de tamaño, pero parece una muñeca.

Tati es la mujer del Doctor Ochoa, una mujer de expresión amable.  Antes de ser su esposa, es su enfermera, por lo que conoce a sus pacientes mejor que él.

Los lugares

La trama se desarrolla en unan pequeña gran ciudad de provincias, Logroño, donde todos están conectados por un montón de hilos:

«En Logroño no pasan cosas así. Mi padre contaba que lo más raro que se había visto por aquí fue cuando, hace cien años, un equilibrista francés atravesó sobre un cable la plaza del Mercado donde él tenía el restaurante». (Página 64)
«¿Sabes eso de que todas las personas del planeta estamos separados como mucho por seis eslabones? Pues en Logroño, según he comprobado desde que llegué, esa historia se reduce a un par de eslabones como mucho». (Página 70)

En Logroño paseamos por la Glorieta, el paseo del Espolón, la Gran Vía, la calle Duquesa de la Victoria, la orilla norte del Ebro, un paraje al pie del monte Cantabria, el parque Gallarza, el parque de la Ribera, las iglesias del casco antiguo, los puentes de piedra y de hierro, la calle Menéndez Pelayo, la Sala de Armas, Las Gaunas, las urbanizaciones de la carretera de Soria, el pasaje de avenida de Portugal a Gran Vía, la concatedral de la Redonda, la plaza del Mercado.

También por el instituto Valle del Oja, los pasadizos que desembocaban en la ribera del Ebro, el edificio de los juzgados, el teatro Bretón, las Agustinas, el Polígono La Portalada, la iglesia románica de San Bartolomé, el Ayuntamiento, el parque del Carmen, Marianistas, la Escuela de Turismo, la Universidad de La Rioja, el polígono industrial de Lardero, el barrio de El Cortijo, los meandros del Ebro, la Hípica Deportiva Militar.

Un puente al que llamaban romano aunque era del medievo, la Casa de las Ciencias, un barrio frondoso conocido como Las Casas Baratas 169, la iglesia de Santiago el Real con la imagen de la Virgen de la Esperanza, el Camino de Santiago, la parte vieja con su skyline de iglesias, el Cubo, la muralla del Revellín, la zona de María Teresa Gil de Gárate.

El espacio alrededor de la estatua de Espartero y los parterres de las ranitas, la Playa del Ebro (un conjunto de bañeras de piedra), la carretera de Mendavia, el barrio de la universidad, la calle Daniel Trevijano, el campo de golf en La Grajera, la calle Rodríguez Paterna, el hospital provincial, Capitán Gallarza, la calle Laurel, el mercado de abastos San Blas y la calle San Juan.

Además, en Logroño conocemos con más detalle:

La Cocina Económica. Un comedor social que lleva más de un siglo sirviendo alimento gratis a cualquier persona necesitada que viva o pase por Logroño.

La cofradía del pez.  Sus miembros se juntan cada año para conmemorar el fin del asedio que los logroñeses soportaron gracias al pan almacenado en los graneros, el vino que reposaba en sus calados subterráneos y los peces capturados de forma furtiva, aprovechando la oscuridad de la noche y los pasadizos que desembocaban en la ribera del Ebro.

El Consejo Regulador y sus controladores de pesaje.  Su labor consistía en vigilar la báscula para que los agricultores que vendían uva no colocasen más kilos de los que tenían asignados en sus cartillas de producción. Y una aplicación que permite escanear etiquetas y llevar tu vinoteca en el bolsillo.

La Cofradía del Vino que promueve la riqueza vitivinícola de la región.  Visten cubrecabezas y gruesas capas moradas sobre las que cuelga un medallón.

La Casa de las Ciencias.  Un clásico de la arquitectura industrial reconvertido en centro cultural.  En sus orígenes, era el matadero municipal.

La plaza del Mercado.  Durante mucho tiempo, fue el centro neurálgico de la ciudad, punto de encuentro de los comerciantes y parada obligada en el Camino de Santiago.

Las Casas Baratas.  Un barrio construido hace un siglo por una cooperativa fundada por el Círculo La Amistad.  Los miembros abonaban cinco pesetas al apuntarse a la promoción y, después, una o dos pesetas más cada semana dependiendo del tamaño de la vivienda, hasta la entrega.  Vivía gente peculiar, como un colchonero que conversaba con un perro al que llamaba Laveringuen Chanfebre.

Asimismo, aparecen otros lugares en La Rioja:

La Sonsierra, Calahorra, la Virgen de Valvanera y la sierra de la Demanda, la Sierra Cebollera, Arnedo, la ribera del Ebro, la ermita de San Felices y Zabala (el conjunto arqueológico de lagares rupestres) en Ábalos, una pequeña localidad vitivinícola de casas hidalgas; Rincón, Santo Domingo de la Calzada, el Museo Vivanco de la Cultura del Vino en Briones, los montes de Ezcaray, Fuenmayor, el paraje Achichuelo, Nájera y la ermita de Santa María de la Piscina.

Además, se mencionan Burkina Faso, Madrid, Bruselas, Pamplona, la garganta del Niágara, Lanzarote, la Torres Gemelas de Nueva York, Francia, Rusia, África, las Landas francesas, Biarritz, Burdeos, el Caribe, Navarra, el Ngorongoro, Durango, Port Aventura, Venecia, el Madrid de los Austrias, la Rambla Catalunya, el Retiro en Madrid, Calcuta, Basauri, Londres, Bilbao, Misuri, la Biblioteca Nacional de París, el Museo Británico de Londres, China, Huesca, Zaragoza, Gerona, Barcelona, Valencia, la playa de Cullera, la abadía de Saint-Germain-des-Prés, San Petersburgo, Cambrils, Glasgow y Gijón.

Referencias 

Historia:

  • El Watergate; la torre de Babel; la guerra de los Cien Años; Fuero de Logroño; la Vía Augusta; el imperio Carolingio; la época del Berlín Oriental; la Segunda Guerra Mundial.

Personajes históricos:

  • Alfonso VI; Juan II; el duque de Nájera; Donald Trump; Cristo; Diana de Gales; el rey Hammurabi de Babilonia; Carlomagno; Gilles de Rais, el mariscal de las tinieblas, un militar enamorado de Juan de Arco; la reina Sofía; San Vicente de Paúl; San Vicente Mártir; Diocleciano; prefecto Daciano; Bin Laden; San Agustín; Buda; una noble de Poitiers llamada Blanche Monnier; el médico persa Avicena.

Entidades, organismos o instituciones:

  • La Policía Nacional; la Casa de los Periodistas; la Federación de Empresarios; el 112; la Guardia Civil; el Consejo Regulador; la CIA; el fichero Sindepol; la Ertzaintza; los Forales de Navarra; el Instituto de Medicina Legal; las Hijas de la Caridad; Policía Sanitaria Mortuoria; Registro Civil; la Comisaría General de Policía Judicial; Delegado del Gobierno; la Seguridad Social; Hacienda; la Academia Riojana de Gastronomía; scouts de los jesuitas; Asociación de Informadores Gráficos.

Fechas:

  • Vinos de la bodega: el reserva 1095 conmemora la primera aparición oficial del nombre de Logroño en el Fuero de Alfonso VI; y el blanco 1431, la concesión del título de ciudad por Juan II.
  • Nombre de la bodega: en 1521 cuatro mil soldados comandados por el duque de Nájera obligaron a huir a los treinta mil del ejército francés que habían asediado Logroño con la intención de emprender la conquista de Castilla.
  • 11 de junio: el reparto del pez, el acto más emblemático de las fiestas de San Bernabé. 88
  • El 11 de junio de 1911 fue inaugurado el matadero original.
  • 1560: un grupo de exportadores crearon un anagrama para que no pasasen como riojas vinos que no lo eran y lo grababan en las botellas.
  • 22 de enero, festividad de San Vicente, patrón de todos aquellos que se dedican al cultivo de la uva.
  • Quinto centenario del fin del asedio francés.

Literatura y libros:

  • Emily Brontë, con todo el odio y la sed de venganza de sus cumbres borrascosas; novela «Fabiola o la iglesia de las catacumbas»; «Mis dictados»; Sherlock; «Pasión de San Vicente, diácono y mártir»; la Biblia; libro de John Grisham; un poeta llamado Prudencio que pertenecía a una familia de la aristocracia hispano-romana; Calderón de la Barca y sus autos sacramentales.

Arte:

  • Exposición «La Rioja Tierra Abierta».

Rutas: 

  • Camino de Santiago.

Marcas:

  • Ray-Ban; rotulador Edding; cámara de fotos Olympus; una Polaroid; Colacao; Chanel; palos de golf Callaway; distribuidor para hostelería Horotel.

Filosofía:

  • Platón; Aristóteles; Kant; Descartes; disquisiciones filosóficas de Schopenhauer; Nietzsche; Alan Watts, ese filósofo británico del siglo pasado que popularizó la espiritualidad oriental.

Música:

  • Héroes del Silencio; punk de Cerrado por defunción, una banda local.

Medios de transporte:

  • Un Volkswagen escarabajo; un Citroën CX color champán.

Mancha de nacimiento:

  • El beso de un ángel o la mancha de la bruja, un pezón adicional que las hechiceras habían brotar en sus familiares para sorberles la sangre que necesitaban para vivir.

Medios de comunicación:

  • La revista de Robert Parker; TVR.

Leyenda de camiseta:

  • «Space Cowboy».

Series:

  • La Casa de papel; Periodistas; Los Simpson; Sexo en nueva York, con Carrie o la remilgada Charlotte; Sensación de vivir; Friends; Aquellos maravillosos años; Los mundos de Yupi; The Killing, protagonista del remake de esa serie danesa.

Universidad:

  • Erasmus; Universidad de Columbia; Universidad de Navarra; la Universidad de La Rioja.

Asesinos en serie:

  • Ted Bundy.

Cine:

  • Woody Allen; Tom Cruise; Jackie Chan; Calle Mayor, bella película de Bardem; película «Rebeca» de Hitchcock; Darth Vader; la sor Citroën de aquella película española que iba de aquí para allá en un coche destartalado, pero al mismo tiempo inspira una calma de lago; Spiderman.

Fiestas:

  • Fiestas de San Mateo, fiestas de San Bernabé; Halloween.

Enfermedades:

  • Trastorno límite de la personalidad, neurosis, psicosis; ictus; párkinson; cáncer de páncreas; código trauma; Glasgow 5.

Monumento megalítico:

  • Menhires.

Asociaciones:

  • Afammer, una asociación nacional de mujeres del mundo rural.

Moda:

  • Tom Ford.

Decoración:

  • Huevos de Fabergé.

Deporte:

  • El equipo de fútbol Logroñés; Yogi Berra, un catcher de béisbol de Misuri; la BTT Extreme Valle de Ezcaray; campos de golf El Saler, Las Brisas y Saint Andrews.

Premios y reconocimientos:

  • Premio Valores Familiares; Nobel; estrella Michelín; Pulitzer; los Óscar.

Parques temáticos:

  • Port Aventura.

Apps, programas, aplicaciones, redes sociales, internet:

  • Instagram, PayPal; WhatsApp; Wikipedia; Facebook; Google; Twitter; retuits, selfi; jaqueo clásico con algoritmo, sistema operativo, ataque de fuerza bruta, criptografía, programa Caín y Abel.

Personaje de fantasía:

  • Ratoncito Pérez.

Juegos:

  • Monopoly, el juego de comprar calles.

Materiales:

  • Plata, corales negros, jade de China.

Restaurantes en Madrid:

  • El Palace o el Ritz.

En resumen… «El beso del ángel»

Es la tercera novela que leo de Andrés Pascual, mi opinión sobre «A merced de un dios salvaje» os la conté aquí.  Y, sinceramente, creo que me estoy aficionando a su estilo, a su forma de escribir, clara, sencilla, amena y con un esquema contundente, que te atrapa desde la primera línea.  Me gusta su forma de expresarse y su tono directo, sin interminables descripciones, pero bastante explicativo.

Y no es solamente que Andrés haya sido siempre muy amable (que lo ha sido, a través de las redes sociales y concediéndome una entrevista con total disposición y colaboración), es que sus novelas me entretienen, me hacen viajar a distintos destinos (en este caso a Logroño) y me mantienen en vilo.  Tal vez por eso, la anterior la he recomendado a gente muy cercana, que también la ha disfrutado.

De modo que, si en mi reseña anterior, os confesé que le he perdido el miedo al ensayo, en esta ocasión os tengo que reconocer que le estoy cogiendo el gustillo al thriller.  Aunque, eso sí, en este caso el comienzo me impresionó bastante y pensé que, si seguíamos en esa línea, no llegaba hasta el final.  Pero sí, continué (con frecuencia con una copa de vino, tal y como me recomendó el autor) y la terminé.

¡Vaya que si la acabé! ¡Qué final! Totalmente sorprendente.  De hecho, me provocó un montón de emociones diferentes.  Me debatía entre el asombro, la indignación, el no dar crédito a lo que estaba pasando, el enfado, la incredulidad… Incluso, el me reprochaba a mí misma el no haberlo pensado o supuesto, pero ¿cómo iba a imaginar algo así?

Y mientras tanto, como os decía he disfrutado visitando Logroño, una ciudad que, pese a mi mitad riojana, no conozco en profundidad.  Aunque parezca increíble, la he pisado dos veces.  La primera, la recorrí siguiendo el Camino de Santiago, de paso (no era el destino final de la etapa) y recuerdo, sobre todo, el enorme parque que atravesamos para salir de la ciudad.

La segunda fue este mismo verano, volviendo hacia casa teníamos que hacer una parada técnica y pensamos que una buena opción era parar en la capital riojana.  Teníamos muchas ganas de conocer la calle Laurel, de la que tantas veces hemos oído hablar.  Así lo hicimos y nos gustó mucho.  No obstante, tenemos muy claro que hay que volver cuando toda esta situación haya pasado, para verla con más gente, «peleando» por hacerse un sitio en esas maravillosas barras.

La Rioja es una comunidad que siempre sorprende y que merece una visita con calma, su gastronomía es única y destaca por su buen producto, sus paisajes de viñedos son preciosos y esconde bonitos pueblos en los que perderse. Pero si de algo pueden presumir es de sus vinos, alabados y apreciados en todo el mundo, por su calidad y su sabor.

En las obras de Andrés Pascual se nota que los conoce bien.  Nos da muchas pinceladas de esos conocimientos, nos guía a través de las bodegas que aparecen, nos perdemos por sus rincones más ocultos.  Y descubrimos anécdotas, frases y datos que nos llevan a paladear más lo que rodea a esos caldos que acompañan nuestros mejores momentos.  En la parte «Historia» he extraído algunos, pero hay más en el libro.  ¿Sabéis por qué se ponen redecillas en las botellas?

Desconozco si el escritor va a seguir inspirándose en su tierra, pero si no es así, nos ha dado un contenido importante para conocerla, llamar nuestra atención y saborearla.

¿Sobre los personajes?  Me encanta que tengan sus luces y sombras, sus distintas vertientes, sus errores y sus aciertos, sus defectos y sus virtudes…  No son lineales, tienen dudas, fracasan, discuten y se equivocan, retroceden y cogen impulso, se arman de valor y también escapan.  Y eso, no deja de ser, ni más ni menos, lo que sucede en la vida, en cada día a día, en cada familia, en cada ciudad, grande o pequeña.

Por esa razón, me he apuntado (hasta subrayado) los tres votos del budismo que se recogen en la historia.  Ahora hace falta aplicarlos al máximo y compartirlos con muchas personas a las que les hacen demasiada falta.   No obstante, la teoría es muy fácil, luego hay que ser capaz de recordarlos cuando te tocan las narices o te ponen a prueba.  Pero bueno, está muy bien tenerlos presentes.

Me he quedado con las ganas de traspasar la puerta del restaurante «Los Estorninos» y perder el sentido con su carta, con los platos propuestos (casi todo, el pobre pajarillo no, ese episodio no lo recrearía).  También de reservar en ese maravilloso hotel de la Bodega 1521, de fachada con espejos.  Y de ir de vinos por «La vinoteca» por esas calles abarrotadas de gente disfrutando del momento (No sabíamos lo felices que éramos).

He recordado Arnedo, un municipio marcado por la industria del calzado, y algunos viajes (sobre todo de mi niñez) en los que pasábamos por esa localidad para dirigirnos a Munilla, después de dejar atrás Arnedillo y su balneario, por una tortuosa carretera en la que era casi imposible no marearse y en la que solamente te obligaban a seguir en el coche las ganas de reencontrarte con los amigos.

Es muy interesante cómo queda reflejado en la novela el ambiente, tal un poco encorsetado, que se respira muchas veces en estas capitales de provincia españolas, en las que las personas se sienten a veces muy controladas, muy observados, muy en boca del resto de habitantes… y esa sensación existe, es cierta.  Sin embargo, es probable que ese círculo lo estrechen sobre sí mismas esas personas, porque quieren dar una imagen, ofrece una apariencia que no es la real.

Es decir, toda va bien mientras no hay problemas, mientras la existencia transcurre por los cauces supuestamente normales, socialmente establecidos. La cosa se complica cuando surgen los disgustos, las contrariedades, los obstáculos… En este caso, es Camino la que está encerrada en esa percepción que no le permite avanzar, que le impide casi hasta enamorarse y ser correspondida, que le limita en sus acciones y reacciones.

¡Ah! Sí, que no se me olvide… No me gusta destripar nada y tengo bastante cuidado de no hacerlo en mis reseñas (espero conseguirlo, lo contrario me preocuparía porque pongo mi mayor mimo), pero he pillado un persona que se repite.  Alguien que aparece en «A merced de un dios salvaje» y que me he encontrado también por aquí… ¿Lo puedo decir?  Yo creo que sí, se trata de Hugo quien, por cierto, me cae genial, educado, poco hablador…  Ha sido un placer coincidir de nuevo.

Aparte del escenario, esta breve aparición es la única coincidencia, porque aquella está situada en una Rioja tradicional y más rural.  Y esta, la que nos ocupa, se centra en un ámbito más moderno, más sofisticado, más innovador del sector del vino, con una bodega que se transforma, que abre un hotel como complemento, que se reinventa con el enoturismo, que ofrece nuevos matices.

En conclusión, os recomiendo este libro porque es una historia que entretiene y te mantiene atenta hasta el sorprendente final.  Además, como se divide en pequeños capítulos, es muy recomendable para los adeptos a las series.  ¡Siempre es mejor un libro!

Por todo lo anterior y porque, en estas circunstancias, tenemos mucho tiempo para leer, os invito a adentraros en la historia de «El beso del ángel» y, como siempre, ya sabéis, cuando la hayáis leído ¡dejad vuestros comentarios!

¡Y recordad que vivir es capear el temporal mientras seguimos amando aquello que está a nuestro alcance!

Mis fragmentos preferidos 

«La psicóloga asegura que esa necesidad de abrazar la oscuridad es su forma de guardar luto por el descalabro familiar» (página 19)

«Su lema es: si cada vez abres la mejor botella que tienes, siempre disfrutarás de la mejor botella» (página 41)

«Hay que ver el espacio que ocupan en el pecho las verdades que no queremos aceptar» (página 163)

«Porque la mentira solo conduce a la decepción y ya no tenemos a mamá para solucionarnos la papeleta.  Ahora estamos solos tú y yo contra el mundo» (página 173)

«Eso es lo que le pasa al vino, que nos lo tomamos demasiado en serio (…) Que el peor vino de una carta es el segundo más barato» (página 177)

«El mejor vino con mala compañía sabe a vinagre, pero si te lo bebes con la persona querida, hasta uno de mi bodega te sabrá a gloria» (página 240)

«El mundo parece haberse venido abajo, pero este pequeño mundo sigue girando.  Como todos los pequeños mundos.  Eso debe ser vivir, capear el temporal mientras seguimos amando aquello que está a nuestro alcance» (página 343)

«Nunca me ha condicionado lo que piensen los demás y gracias a eso puede decirse que he sido un poco feliz.  Al menos disfrutaba de algo fundamental que nadie puede quitarme.  Libertad.  Y, al ser libre y no tener miedo a ser como soy, ni al fracaso, ni al rechazo, me entrego al cien por cien a la gente que quiero» (páginas 345-346)

Los fragmentos que me hicieron reflexionar

«La vida es así de imperfecta.  Cuando llega la gran oportunidad, viene cargada de inconvenientes» (página 57)

«Eso dicen que es vivir, ¿no? Celebrar cada momento» (página 94)

«Quizá somo varias personas a la vez; o no somos ninguna, salvo esa imagen que los demás tiene de nosotros y que en esta casa nos preocupa tanto.  Una imagen por cada uno de los miles de seres que vagan a nuestro alrededor: familiares, amigos, compañeros de trabajo, aquellos con los que te cruzas cada mañana en la parada del autobús u otros a los que ves una sola vez paseando a un perro» (páginas 119-120)

«Estoy comprendiendo que solo soy lo que muestro a los demás (…) pero ahora veo que si no plasmo esos sentimientos y pensamientos en palabras, para los demás no existen.  Si no los escribo o los digo en voz alta, yo misma no existo» (página 213)

«Más bien el tiempo lo gangrena todo, al menos las cuentas pendientes» (página 319)0

Palabras aprendidas

  • Golmajería: Rioja Golosina.
  • Evisceración: (No está en el diccionario de la RAE)De acuerdo con el libro: Evisceración, como llaman los forenses a ese desbordamiento de las tripas.
  • Corquetes: (No está en el diccionario de la RAE). De acuerdo con el libro: Corquete, uno de esos utensilios en forma de pequeña hoz que se utilizan en vendimias.

 

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