Reseña Volver a Canfranc Mis Palabras con Letras

Reseña «Volver a Canfranc»

Autora: Rosario Raro

Páginas: 504

Curiosidades

Voy a empezar la reseña de «Volver a Canfranc», indicando que su autora, Rosario Raro, respondió a las 12 preguntas que le planteé en una entrevista que tuve la oportunidad de hacerle y que podéis leer aquí.  Y, además, pude escuchar sus palabras sobre sus novelas en una charla, que también os conté y que podéis consultar de nuevo aquí.

En aquella ocasión, nos relató que, en el caso de este libro -su primera novela-, la primera vez que ella vio la imagen de la estación fue en una fotografía de un libro titulado «Lugares abandonados», publicado en Versalles.  Le llamó la atención, pensó que estaba en algún lugar de Europa, Austria o París… Y le sorprendió que estuviese en la provincia de Huesca, a ocho kilómetros de la frontera de Francia, en la Jacetania.  A partir de ahí, cada vez que tenía un momento leía sobre su historia, convirtiéndose en una especie de agradable obsesión.

Y cuando llegó a los acontecimientos históricos de la Segunda Guerra Mundial y a todo lo que supuso Canfranc como lugar de libertad, la cantidad de personas a las que salvaron gracias a que cruzaron su puerta, como si fuera una gran matriz que los llevara a otra vida, a otra oportunidad, pensó que esa historia tenía que escribirla.  Había muchas referencias, muchos libros de ensayos previos.  Y se lanzó, una insensatez en su opinión, porque ella es de Segorbe. 

Nos señaló que la especialidad de los autores tiene que ser escribir sobre temas de los que, antes de empezar el libro, no saben demasiado.  Y cuando terminan, todo ese proceso les convierte en expertos.  A ella la fase de documentación le resulta muy interesante, porque tiene mucho de detectivesca, pero tiene que ser muy rigurosa porque les leen con lupa.  No son expertos en nada, pero los lectores sí, cada uno sabe de su especialidad y cuando hay algo que no cuadra la verosimilitud cae.

¿Sabéis que existe una ruta basada en esta novela?  Se llama «Volver a Canfranc: una ruta de novela». Además, fue premiada como la mejor experiencia turística de Aragón el año pasado.  Esta actividad aúna: literatura, historia, patrimonio, naturaleza, movilidad sostenible y gastronomía.

Literatura, por estar basada en una novela.

Historia, porque la trama se desarrolla en la Segunda Guerra Mundial, tratando el éxodo de las personas que huyen de ella.

Patrimonio, ya que el escenario central de la experiencia es la estación internacional de Canfranc. Un edificio impresionante que sorprende a todo el mundo por su tamaño y su enclave entre montañas en un pequeño pueblo.

Naturaleza porque, rodeados de montañas, ríos y bosques, durante el paseo se descubren búnkeres y cuevas, camuflados en la naturaleza, que se construyeron como línea defensiva.

Movilidad sostenible, puesto que es un viaje en un tren de montaña lento y tortuoso que demuestra que los viajes no necesitan ser rápidos.

Gastronomía, al poder probar pastas que los protagonistas elaboraban y que se siguen produciendo. Unas tortas del alma, por ejemplo.

En 2022, Rosario Raro ha publicado una nueva novela «El cielo sobre Canfranc».  Un libro con el que la escritora regresa a la localidad oscense de Canfranc, siete años después.  Escrita en el confinamiento, esta obra busca evadir al lector, pero también denunciar la barbarie que representan las guerras y dar a conocer acontecimientos históricos que han sido ocultados.

Se trata de un canto a la necesidad del pacifismo y de denuncia a una humanidad que ha avanzado mucho en algunos ámbitos, pero que no ha alcanzado todavía de forma plena el estado de civilización y sigue aún en la barbarie, como lo demuestra el hecho de que siga habiendo guerras.  Buenísima pinta ¿no?  Habrá que añadirla a la lista de «próximas lecturas».

Cuando acabé de leer el libro, como suelo hacer, lo puse en las redes.  Y le comenté a Rosario Raro cuando respondió a mi mención: «¡Gracias a ti por compartir con los lectores historias tan emocionantes y en lugares únicos! Me encanta Canfranc y ahora estoy deseando volver para mirar la estación de otra forma…».

La autora me contestó: «Seguro que te sucede así, después de leer un libro que sucede en un lugar proyectamos sobre este todo lo que sabemos y hemos sentido y la experiencia se enriquece. Me alegro de que en este caso sea el mío». 

Y sí, estoy deseando volver a Canfranc, volver a ver la magnífica estación e imaginar a los personajes de este libro paseando por sus rincones.

Sinopsis

Marzo de 1943. Agazapados dentro de una habitación secreta, varias personas contienen la respiración mientras aguardan a que el sonido de las botas reforzadas con metal de los soldados alemanes se aleje. En la estación internacional de Canfranc, en el Pirineo, la esvástica ondea sobre la playa de vías. En medio de la oscuridad, Laurent Juste, jefe de la aduana, Jana Belerma, camarera del hotel, y el bandolero Esteve Durandarte arriesgan sus vidas para devolverles la libertad.

«Volver a Canfranc» es su historia. Jana y Esteve, armados tan solo con la valentía que da el amor, lucharon porque miles de ciudadanos judíos consiguieran atravesar esta estación mítica. Además de ellos, otras personas guiadas por la generosidad decidieron enfrentar el terror y ayudarlos. Para miles de perseguidos por el régimen nazi la esperanza se llamó Canfranc.

«Esta novela me ha cautivado: recupera una parte de nuestro pasado que merecía ser contada». Luz Gabás.

Durante el verano de 2021 se estrenó, en colaboración con Renfe, la actividad Volver a Canfranc, un viaje de novela, que consiste en una teatralización de su libro durante el trayecto en tren entre Jaca y Canfranc, una visita literaria por los escenarios de la novela y un recorrido por la estación internacional.

Reseña Volver a Canfranc Mis Palabras con Letras 2

Reseña Volver a Canfranc Mis Palabras con Letras 1

Mi opinión 

Estructura

El libro comienza con una Introducción.

Después, se divide en cinco partes:

Primera parte: Un día de 1943

Dividida en ocho capítulos: 1. Fundido en negro  2. El animal dormido  3. Ilusión óptica  4. El corazón de la noche  5. Prestidigitación  6.Salvoconductos  7. Durandarte  8. Caballo de madera y pájaro de metal

***

Segunda parte: De marzo a mayo de 1943

Del capítulo 9 al 30: 9. Casanarbore  10. Nácar, peinetas, tul y extracto de esencia  11. Los clavos de las herraduras  12. Malos presagios  13. El ojo de la cámara húngara  14. Los reverenciados bares de la Alta silesia  15. El Dios de las venganzas  16. La condición del infortunio  17. El autómata Ich  18. El mar inflamable  19. Danger visas  20. Castillos de naipes  21. Capitanes de fábula  22. La cárcel de la torre del Reloj  23. La sede de las tormentas  24. Limosna solar  25. El palacio de la luz  26. El asno verde  27. El inquiridor de  maravillas  28. El camaleón  29. El desfile de pinos en las laderas  30. Das Mädchen Valentina Lebt 

***

Tercera parte: Entre junio y julio de 1943

Del capítulo 31 al 47: 31. El nido del buitre  32. La llave mágica  33. El centro de transmisiones estratégicas  34. El depósito de Miranda  35. Antibióticos  36. La flor de Edelweiss  37. Mover los hilos  38. El espanto  39. La sirena de los trópicos  40. De un solo ojo  41. Noche y niebla  42. Papel carbón  43. Un dispensario indispensable  44. La desposada del viento  45. Los dos capellanes  46. La mujer recatada con alas de dragón  47. Una semana de bondad

***

Cuarta parte: Otros dos meses: agosto y septiembre de 1943

Del capítulo 48 al 62: 48. El telegrama  49. Marcas de agua  50. Puente  51. Bajo la sombre del águila de san Juan  52. El tren en el cuarto de los juguetes  53. Visión  54. Fulgor  55. Sala de máquinas  56. Teatro de Oriente  57. Buenaventura  58. Lengua de gato  59. Fervoroso  60. Somontanos  61. El salón de la ciudad  62. El festín

***

Quinta parte: Dos meses de otro año: agosto y septiembre de 1944

Del capítulo 63 al 72: 63. La caja agitada por el gigante  64. Una decisión irrevocable  65. La llamada  66. Correspondencia  67. Farsante  68. Volver a Canfranc  69. Epílogo  70. Ahora  71. La realidad  72. El deseo

***

El libro termina con un «Epílogo», otro apartado denominado «Ahora», otros llamados «Realidad» y «El deseo» y, por último, con un apartado dedicado a «Agradecimientos».

La historia

«Volver a Canfranc»  habla de Canfranc y de que cómo se convirtió en la puerta hacia la libertad para muchas personas en un momento terrible de la Historia.  La preciosa estación era el paso hacia la dignidad, hacia una nueva vida para algunos.  Y un lugar donde se jugaban la suya otros.  Por eso, ese lugar sirve de escenario para múltiples historias, casi todas llenas de emoción y de riesgo, de tránsito y de rumbos repletos de esperanza.

Sin ninguna duda, Canfranc fue un enclave estratégico.  Fue el paso central por los Pirineos.  Y también el camino más corto entre Madrid y París. Debido a esas razones, sucedieron muchas cosas que cambiaron vidas. De hecho, a través de esas vías, se salvaron algunos de los mejores artistas e intelectuales del siglo XX: Max Ernst, Marc Chagall, Alma Mahler o Josephine Baker, acompañada de su marido, Jean Lion, un magnate de la industria azucarera, que corría peligro, como tantos otros, por su condición de judío.

Los episodios allí sucedidos durante la Segunda Guerra Mundial fueron decisivos para la liberación de Europa.

Y detrás de ese gran argumento, hay más, porque es una historia de entrega, valentía y generosidad, frente a otras conductas, horribles y miserables.  Es lo que tiene la guerra, como ya he comentado en otras reseñas.  La guerra saca lo mejor y lo peor de las personas, porque ahí es donde dan a conocer su verdadera cara, cómo son realmente, si son héroes, villanos o de los que miran hacia otro lado.  Hay quienes se deciden a actuar, no pueden permanecer indiferentes, necesitan implicarse, poniéndose en riesgo, dando un paso hacia adelante, sin esperar un reconocimiento, sin buscar nada a cambio, con responsabilidad y con coraje.  Verdaderos héroes.

Junto a esto, también se esconden historias de amor, de muchos tipos de amor, del familiar, del cotidiano, del sereno, del que se produce entre amigos, del que genera la confianza, del que crea curiosidad, del arrebatado injustamente, del no correspondido, del que debe permanecer oculto, del que asoma con ilusión, del que intenta evitarse…  Y sí, del pasional e irrefrenable, del que acaba venciendo los obstáculos por complicados que sean.

Asimismo, se tratan otros temas:

  • La II Guerra Mundial.
  • Las aberraciones de Hitler hacia los judíos.
  • La ruta del expolio nazi.  Con el consentimiento de las autoridades españolas, los camiones cargados de oro robado cruzaban la frontera.
«En La Serena se alojaban también los chóferes de los camiones suizos que esperaban la orden para cruzar la península ibérica con la carga de lingotes de oro resultado del expolio nazi que llevaban hasta allí algunos trenes» (página 64)
  • La Resistencia y sus métodos. Parece ser que, a través de esta estación, se cruzó a piezas el primer radiotransmisor que permitió poner en contacto el alto mando aliado con la resistencia.
  • El transporte de wolframio hacia Alemania.
  • La evacuación de refugiados.
  • La existencia de pasos clandestinos.
  • El ámbito ferroviario, el mundo de los trenes.
«Aquella fortuna fundida en rectángulos no procedía en todos los casos de los ahorros de los ciudadanos judíos, también incluía piezas muy pequeñas, los dientes de oro extraídos a los cadáveres, los relojes del mismo material, las joyas incautadas en las casas de las ciudades profanadas. Era un tesoro nauseabundo, se referían a él como el oro de los muertos; atravesaba la montaña dentro de los vagones para terminar en las cajas de los camiones suizos que esperaban al otro lado del edificio de viajeros, en la parte española, donde este sistema de transporte tenía en base de operaciones con una flota de más de medio centenar de vehículos.  Algo tan escandaloso era imposible ocultarlo a los ojos de los habitantes de Canfranc y otros pueblos de la comarca» (página 66) 

Por si esto fuera poco, estos hilos se complementan con:

  • Canfranc.
  • Sus habitantes, sus rincones y sus lugares de encuentro.
  • La estación.
  • Los paisajes que rodean al pueblo.
  • Las relaciones entre los vecinos y las personas que van pasando por la estación.

Como veis, «Volver a Canfranc» tiene un poco de todo: una época histórica dura, un conflicto mundial, una estación, un honesto jefe de aduana, una camarera diligente y con habilidades benefactoras, espías, intriga, generosidad, emociones, amor, alemanes peligrosos, gobernadores crueles y narcisistas, visados, salvoconductos, contrabandistas, amigos verdaderos, judíos, habitaciones secretas, inconformismo, artistas famosos, intelectuales…

En definitiva, una historia completa. En ella se mezclan dos planos: la ficción se combina con los hechos auténticos, ciertos, comprobados, verdaderos, reales en última instancia, que sucedieron en la estación de Canfranc y alrededores durante los años 1943 y 1944.

Los personajes

Laurent Juste es de Bretaña y es el jefe de la aduana internacional de la estación de Canfranc, su segundo destino español, ya que antes ha pasado unos años en Irún. Tiene un piano de cola negro que le sigue en sus mudanzas, junto con los libros y los cuadros. Ha heredado la tozudez de su madre. Es muy reservado y pura bondad. Tenía el sueño de ser oficial de marina, ir a la academia naval pero, después de la guerra no se vio con ánimos.  Fue un buen soldado en la primera guerra.  Quedarse huérfano de padre cuando apenas tenía un año le marcó bastante.

Es un hombre cabal, recto, buen padre y esposo. Aún no ha cumplido los cuarenta y cinco años.  Solo se preocupa por quienes le importan, no pierde su tiempo con personas que para él no valen la pena y menos aún un solo segundo de su atención. Nunca pierde los nervios, ni la paciencia, es de otra pasta.

Arlette es la mujer de Laurent.  Es una mujer de piel clara y ojos muy oscuros, se le marcan los pómulos y su barbilla es también huesuda. Prefiere mantenerse al margen de cualquier habladuría y dedicarse solo a comentar lo que es cierto.

Maude es la hija mayor de Laurent y Arlette, estudia en el liceo de Madrid.

Solange es la otra hija de Laurent y Arlette, estudia en el colegio francés de Canfranc.

Auguste es el hijo pequeño, también estudia en el colegio francés de Canfranc.

Esteve Durandarte es contrabandista para unos y bandolero para otros.  Sobre su cabalgadura resulta imponente, pero cuando desciende impresiona aún más.  Más que un hombre es una fuerza de la naturaleza, agreste, un habitante del bosque.  Tiene mucho en común con los guerrilleros del maquis, pero no es uno de ellos, no se casa con nadie.  Es independiente, a cierta distancia de todo y de todos.

Destaca entre los hombres tan variados que recorren Canfranc. No se afeita las patillas, deja que se le junten con la barba.  Tampoco se corta el pelo, que se ata con una cinta de cuero. Es delgado pero bastante ancho de espaldas y tiene la voz tan bronca que cuando habla, porque casi nunca grita, parece que esta resuena dentro de una tinaja. Se salta la ley de vez en cuando y a conveniencia, su espectro de pretextos para hacerlo es el de alguien con mucha imaginación y pocos reparos. Parece medir muy bien los tiempos, como si supiera siempre cuándo es conveniente estar y cuándo la mejor estrategia es no mostrarse.

Didier es un obrero de vías y obras, de unos cuarenta años, muy musculoso, con poco pelo, callado, pero que sonríe en cuanto tiene ocasión.  Es un hombre discreto, muy amable y educado, sabe moverse sin riesgos. Como sus compañeros, destaca por la entrega, el arrojo y la valentía.

Jana Belerma es camarera en el Hotel Internacional, viste delantal blanco (ribeteado con un enorme volante) sobre uniforme negro y lleva agarrada con horquillas una cofia en la cabeza de la que escapan rizos pelirrojos, a pesar de la redecilla negra que aprisiona su melena.  Su trabajo la obliga a veces a levantarse muy temprano para tenerlo todo a punto cuando comienza el primer turno de desayunos.

Cuando acompaña a los judíos, sabe mostrar autoridad para que le hagan caso. La muerte de sus padres, con los que vivía en Zaragoza, en un bombardeo, trastocó todo, antes era más inconsciente. Ahora es más audaz, más arriesgada, aflora una fuerza que no sabía que tenía, tiene determinación.  Guarda muchos secretos, emplea un tono enérgico, parece acostumbrada a tratar con hombres.  Tiene el cuello largo y la piel muy blanca, una apariencia de muñeca de porcelana, pero nada frágil. Es firme, decidida y despierta, de una pieza, en sus ojos se ve la audacia. Es una mujer de armas tomar, no se amilana, representa la verdad y la valentía.

El Doctor Mallén es un catedrático de medicina director de la clínica de la universidad donde los estudiantes hacen sus prácticas, junto a la facultad, en la plaza Paraíso.  Es colaborador valiosísimo de Juste y su grupo. Veranea en Canfranc y además suele pasar allí con su familia los días de Pascua y Navidad, aprovechando para atender a algún paciente, alegando que es porque se trata de amigos y conocidos.

Una familia húngara, formada por: Sándor Géllerte, el padre, Dagmar, su mujer y la madre de Sieglinde, la hija.  La madre tiene treinta y cinco años, la hija siete.  Son de Budapest.  La niña, a pesar de su edad, sabe lo que se dirime.  Son como la misma mujer a escala, en dos edades distintas, casi idénticas.  Su belleza las convierte en irreales.

Montlum es el compañero de Jana, tiene unos ademanes muy teatrales, parece un bailarín.  Vive en una buhardilla sobre el horno del pueblo de Canfranc Estación y, a cambio de alojamiento, trabaja con el panadero. Es el segundo amigo que Jana tiene allí, después de Arlette.  A veces improvisa trucos de magia para los niños. Debió ser muy guapo porque aún resulta atractivo.  Es un hombre admirable, a pesar de todo lo que ha pasado irradia felicidad y se la contagia a todos los que tienen la suerte de conocerlo.

Llega a Canfranc para la visitar a Laurent, quien le convence para que se quede.  Hasta entonces tocaba el violín en cabarets, en espectáculos de music-hall y en otros locales de medio pelo.  Habla tan bien español por amor.

Valentina Báguena Alastruey, nacida el 1 de marzo de 1930, es la joven aprendiza de Jana.  Es una niña canfranquesa de trece años, muy rubia, delgada y con la piel muy clara.  La camarera la involucra en sus trabajos secretos, además de entrenarla en todo lo que tiene que ver con el hotel.  Es discreta y responsable, su familia necesita el dinero que ella ingresa, por eso su implicación es seria. Para ella, Jana es su modelo.

Su cara es pecosa y el pelo rubio le cae como una capa ligera, tan lacio y largo que parece un tocado con forma de rectángulo, un tapiz.  Siempre sonríe.  Se mueve como una lagartija, muy deprisa, como si para desplazarse se deslizara.

El capitán Wagner es un relajado y pacífico capitán que pertenece al ejército alemán y mantiene un trato muy cercano con Juste, ya que ambos deben organizar determinados aspectos de la logística de la terminal.  Este oficial es un hombre plácido, demasiado para ser militar.  Tiene el pelo y el bigote canosos y una sonrisa afable.  Su principal característica es la cercanía que muestra con todos.  De su constitución llama la atención la rectitud de sus hombros, como si su cuerpo, al contrario de lo que sucede con su rostro, no se correspondiera con su edad, unos sesenta años.

Su función es supervisar el tráfico de los minerales estratégicos que terminan en las fábricas de guerra del Reich.

Loreley es la hermana de un soldado alemán.

El señor Mirs, alojado en La Serena, dirige todas las operaciones de tráfico de oro bajo las órdenes de su jefe, que se hospeda en el hotel Ritz de Madrid.  Es un suizo orondo que organiza la flota de camiones repletos de lingotes, trabaja para los alemanes. Sonríe en exceso, viste como un rico de viñeta de periódico inglés, con reloj de oro con cadenita que sale de uno de los bolsillos de su chaleco, y encaja en la cuenca de su ojo derecho un monóculo.

El bigote, muy largo, le crece curvado hacia arriba, con las puntas amarillas y un tono pajizo en el centro.  Es tanto su poder que paga a los trabajadores habitaciones de la estación de Canfranc, los del hotel incluidos, cada vez que llega una remesa de lingotes para que se tomen el día de fiesta y no aparezcan por las instalaciones y así evitar testigos del trasiego del oro. Vive muchas horas de soledad.  Cada mañana toma una ginebra bien fría.

Don Gervasio Casanarbore es el gobernador civil de la demarcación y jefe provincial del Movimiento.  En público, mantiene el gesto duro, acompañado con su vocabulario efectista, plagado de palabras de las que la mayoría de sus interlocutores desconoce el significado. Es su manera de marcar distancia, de humillar.  Se dedica al culto desmedido e ininterrumpido a su persona.  Nadie lo toma en serio, lo temen.

Su mayor aspiración es que le concedan la Orden de Cisneros. Le gusta exhibir su poder, demostrar quién manda allí. Su escaso cabello, además de circundarle la calva, le crece en la parte más alta de la cabeza en forma de varios muelles ralos. Sus modos y costumbres parece que son la muestra de que traduce su escasa corpulencia en unas desmedidas ínfulas de grandeza.

Doña Mimín es la atractiva señora de don Gervasio.  Es una persona extraordinaria, culta, muy sensible con las injusticias sociales, que dedica la mayoría de su tiempo a reparar los desaguisados que su marido perpetra en las humildes vidas de quienes lo sufren.  Es agradable y perfecta, una mujer bellísima, delgada, con las facciones muy marcadas, los pómulos altos, los ojos grandes y un cuello muy largo.

Pilar es la dueña de la fonda La Serena.  Es una mujer generosa, amable, canta con un chorro de voz. El éxito de ese establecimiento se debe al carácter de sus dueñosTricio es su marido y el principal enlace allí con la Resistencia.

Farsante es el caballo de Durandarte.

Eberhard Gröber es uno de los mejores guardias de Buchenwald.  De carácter férreo, disciplinado, inflexible y severo.  Le mandan a Canfranc a poner orden y que acabe la fiesta.  Parece la escultura de un atleta griego vestido con el uniforme del Reich.  Su rostro solo se diferencia de los de mármol en el intenso azul cobalto de sus ojos, que son jaspeados.  Tiene el perfil esculpido con una precisión académica. La líneas de su mandíbula, de su nariz y de sus pómulos son tan rectas que componen unos rasgos demasiado fríos.

Siempre que puede elegir prefiere la soledad. Puede vivir sin muchas cosas, pero nunca sin arte. Mantiene su barba rasurada hasta el extremo.

Arnaldo y Silvano son los dos compañeros de Durandarte. No visten de una forma tan aseada como él, sino con ropas muy gastadas, y el desaliño los hace parecer bastante más viejos de lo que son en realidad.  Esteve tiene treinta y cinco años y ellos apenas cinco más.  Después de su jefe, el mando recae en ellos, nunca discuten sus planes porque saben que seguir al pie de la letra sus instrucciones es lo que más les conviene. Lo admiran y además les hace ganar bastante dinero.

Palmira es la doncella de doña Mimín.

Tadeusz es un teniente, ayudante del capitán Wagner.

La señora Benilde es una de las lavanderas de más edad de entre las que ocupan de la ropa del hotel.

Voltor, en realidad se apellida Woltraum, es un hombre con sombrero de ala de cuervo y abrigo negro, sin equipaje, del que no se adivinan sus ojos.  Es alto y desgarbado .  Más que humano parece un espantapájaros arrancado de un campo de trigo. Baja del tren en la estación de Canfranc y permanece en su asiento durante las siguientes veinticuatro horas.  Huele muy mal.

Leonor es la madre de Valentina.

Dorian Lander es un guardia, un carabinero.  Es muy joven, apenas ha cumplido veinte años, rubio y muy alto, con estas características y solo con cambiarle el uniforme puede pasar por uno más de los guardias alemanes.

Biel es zaragozano y consignatario de una agencia privada de aduanas.  Mantiene una relación estrecha con Juste, más allá de lo laboral. Es aficionado a la montaña.  Aparenta más años que Laurent. Tiene los ojos vivos, el pelo ceniciento pero limpio, y no deja de pasarse los dedos bajo los labios.  Tiene cinco hijos, a los que quiere dar un porvenir.

Un tal Steinadler llama a Biel para ofrecerle mucho dinero por información.  Steinadler es águila de piedra en alemán.

Étienne Guinart es un aristócrata muy elegante, de unos cincuenta y cinco años. Es valiosísimo, trabaja en el SOE, Special Operations Executive, el cuerpo de élite de Churchill para operaciones encubiertas y sabotajes.  Lleva una vida nada contemplativa, trabaja para que París sea libre cuanto antes.  Envía a la oficina postal libros ilustrados.  Se mueve con destreza entre varios lugares. Es el principal benefactor de la maternidad de Elna, en los Pirineos Orientales. Es muy atractivo, muy valeroso.

Alois Smetana es un ciudadano de origen checoslovaco y una persona de orden.

Robert Müller es un fotógrafo húngaro.

Miklós es un compañero de celda de uno de los personajes.

Paulino es otro personaje del libro, del que no voy a contaros nada más.

Aigner, Moritz y Binder son agentes de la Gestapo.

Carmen es una compañera de Jana en el hotel.

Los lugares

Canfranc es el escenario principal de esta obra: Canfranc Estación; Hotel Internacional; fonda La Serena; el colegio francés; el túnel de Somport; el paseo de los Melancólicos; la calle principal; el puente del río Aragón, que une el ferrocarril con la carretera, que conecta dos países a través del túnel; el restaurante Yola; el hotel Ara en el pueblo de Canfranc; la torre de la iglesia; el edificio de viajeros de la estación; la capilla del cementerio; el único ojo del Puente Nuevo; la carretera de Francia; el hotel Ara; la iglesia de Nuestra Señora del Pilar.

Canfranc se encuentra en el valle del Aragón o valle de los Arañones, como se le conocía antes por la abundancia de este arbusto, que da nombre además a la ladera en la que se asienta.

En la montaña: la confluencia del Gállego con el Aguas Limpias, su primer afluente; la pequeña catarata del Saliente; las faldas de la peña Foratata o agujereada, la que dicen que guarda el corazón de la diosa a la que pretendió Balaitús, el pico donde se originan las tormentas; los Baños.

Pueblos cercanos: Villanúa y el viaducto de Cenarbe, el que llamaban de San Juan, entre Villanúa y Castiello de Jaca; Borau; la pedanía de Aratorés.

Cerca: el barranco de los Arones; el de Ip; el de Aguaré y el de Cherimosas, una zona de neveros cerca de un refugio;las cascadas de Ordesa; el fuerte militar de Coll de Ladrones; las cascadas del Estrecho y la Cueva de Ordesa; la pradera de Ordesa; el fuerte de Portalet, entre Urdos y Etsaut.

Otros barrancos: el barranco de Betigueral; el de Orbil y del Rayera.

El escondite de Durandarte: entre la senda de Camille (su denominación es muy reciente, se llama así en honor del que se considera el último oso autóctono de la zona), Col de Bessata, Lizara y Somport.

Otros valles: Valle de Astún; el Valle de Tena.

Provincia de Huesca: Huesca; el parque Miguel Servet, el jardín de Lastanosa, la cárcel;  Jaca: la torre del Reloj, la plaza del Marqués de la Cadena, la calle Mayor; Sabiñánigo; Barbastro; Sallent de Gállego.

Francia: Bretaña, Marsella y la calle Canebier;  Midi, Pau -la capital de los Pirineos Atlánticos, en la región de Aquitania-, París, la Ópera, el Louvre, los Campos Elíseos, la Madeleine, el Trocadero, la torre Eiffel, la plaza de la Concordia, la plaza de Denfert-Rochereau, la estación de Austerlitz, la brasería Au Pied de Cochon, mercado de Les Halles, el bulevar Haussmannrue, rue d’Anjou, rue de Vienne, la rue Coquillère; el sur de Francia; Toulouse y el hospital Varsovia; castillo de If; Olorón; el Café du Palais de la calle Saint Jacques en la capital de Aquitania; las costas francesas, el canal de la Mancha, Calais; Dover; el cabo Gris-Nez; Elna, en los Pirineos Orientales, la región conocida como Languedoc o Rosellón; Argelès-sur-Mer; Lourdes y Santa Lucía; Aquitania.

Alemania: Baviera, Berlín, la calle Prinz-Albrecht, Charité – Universitätsmedizin, la Ópera de Kroll y la puerta de Branderburgo; Múnich, Baja Sajonia, Weimar, la Selva Negra; la Jura de Suabia; Baden-Wurtembertg; Sajonia; Halle del Saale, Sajonia-Anhalt; Leipzig y la Escuela Superior de Música; la universidad de Heidelberg; Buchenwald.

Zaragoza: la facultad de Medicina en la plaza Paraíso, estación del Norte; el hotel Oriente; la estación del Arrabal; la calle Alfonso I; el Gran Café Ambos Mundos; las dos torres culminadas con agujas de la Iglesia de Nuestra Señora de Altabás; el Ebro; la basílica del Pilar; la Clínica Universitaria; barrio Jesús; el puente de Piedra; la calle San Gil; la lonja y su techo estrellado bajo la bóveda sobre las columnas; calle Espoz y Mina; la calle Bayeu.

Madrid: el hotel Ritz; el liceo; El Pardo; Carabanchel; la calle de Valverde; la librería Rubiños en la calle Alcalá, 98; el hospital de las monjas de Cotolengo.

Se mencionan Esmirna, Port-Bou, Irún, Varsovia, Budapest, su calle Kertesz, la sinagoga Dohány y Hungría, Viena, Cracovia, Alta Austria, Lisboa, Oporto y Portugal, América, África, Algeciras, Argelia, Bilbao; Teruel; Asturias; Suiza; Suecia; Londres; Sudamérica; Trieste; Nápoles; Italia; Ciampino, cerca de Roma; Hendaya; San Sebastián; Vigo; Gran Bretaña; Marruecos, Tetúan y Tánger; Rusia; Shangái; Nueva York y Estados Unidos; Salzburgo; Treblinka y Polonia; un lago de Escandinavia; el café Bavaria de Ginebra; El Cairo; Ankara; Estambul; Siam; Congo; China; Indochina; Barcelona; Praga; Miranda de Ebro y Burgos; Utebo; Tudela; Calahorra; Logroño; Haro; Calanda; La Haya; Sevilla; Cádiz; Andalucía; Gibraltar; Argel, el hotel Saint George y el jardín botánico; Orán; Smolensk; el río Dniéper; Moscú; Tierra Santa; Siria; Líbano; Hollywood; Frost Valley; Casablanca; Israel; San Juan de Luz; Mónaco.

Y la Alta Silesia, una región histórica de la Europa central, entre Polonia y Checoslovaquia.

Además, hay un lugar que requiere una dedicación más especial. La Estación de Canfranc, inaugurada el 18 de julio de 1928, es un edificio imponente, la terminal tiene dos explanadas de vías para conducir el tren hasta donde termina el horizonte.  Su estructura enorme de hormigón, piedra, plancha y cristal la culmina una cúpula inmensa en el espacio central, la gran corona de fundición bajo la que crece el vestíbulo, tan suntuoso que parece una catedral, con la parte superior abierta en vidrieras de tres metros de alto y el menos cuatro de ancho. .

Los mostradores son de madera labrada, como las taquillas y el quiosco.  Una escalinata de mármol sube a la segunda planta, donde se ubica el Hotel Internacional.  Todas la demás dependencias ocupan la planta baja y están duplicadas: la aduana (a la que se entra desde el andén), las oficinas de cambio de moneda, de correos y telégrafos, las taquillas, los almacenes… La estructura metálica de la obra principal la fijan al suelo las pilastras que sobresalen del tejado a cuatro vertientes en vez de a dos aguas.

Sobre el tejado, los pináculos que lo culminan producen el efecto de atravesar todo el conjunto, desde el techo hasta la base.  Tiene muchas ventanas, cientos de ojos verde bosque que reflejan lo que tienen enfrente.

El Hotel Internacional tiene un pasillo con techo abovedado.  Cada ángulo lo cruza una viga de madera.  El friso llega hasta media altura y de él sale la tela que recubre las paredes estampadas con ramajes, odaliscas, faunos, lagos y cenadores rodeados de vegetación.  Cuenta con cafetería, restaurante, biblioteca, salón de juegos y de baile, un reloj de péndulo. Tiene el mismo número de ventanas que días tiene un año ¿normal o bisiesto?

La sala de baile es la más adornada. En las dos paredes laterales de alinean los espejos con cornucopias doradas, debajo de ellos unas sillas muy decoradas con tapicería de satén.  Las escasas zonas transparentes se alternan con biseles de vidrio. En el centro hay una lámpara de palacio de la ópera.

El túnel de Somport: parece la entrada a una fortaleza con las dos pilastras, los capiteles sobre ellas, dos torres de alta tensión lo flanquean. En la parte alta del muro dos leones rampantes levantan el águila del escudo con el collar en forma de corona.

Referencias 

Hechos históricos:

  • Implantación de la Solución Final para la cuestión judía; el régimen de Vichy; la ley de ciudadanía del Tercer Reich promulgada el 25 de noviembre de 1941; el expolio nazi de lingotes de oro; la posguerra española; los bombardeos del la RAF sobre algunas líneas de ferrocarril alemanas y la reunión entre Hitler y Mussolini en el palacio austriaco de Klessheim in Wals-Siezenheim; la entrada alemana en el gueto de Varsovia para llevarse a sus habitantes al campo de concentración de Treblinka; avances del Tercer Imperio; firma de Pétain del armisticio con Alemania; el alzamiento militar; la Guerra Civil; el campo de concentración de Miranda de Ebro; la celebración en 1941 de 10.000 infelices asesinados; la redada de miles de judíos la noche del 16 al 17 de julio; la directiva Natcht und Nebel (Noche y Niebla);  el campo de Argelès-sur-Mer, donde la mayoría eran refugiadas de la guerra española y mujeres judías; el  Anschluss o incorporación de Austria al Tercer Reich; Dachau, Auschwitz-Birkenau, Bergen Belsen, Buchenwald, Mauthausen; el convenio de La Haya; las batallas de Smolensk y la del Dniéper; la expulsión de las tropas alemanas de Francia; la llegada de los aliados a Nápoles; Los bombardeos de la RAF sobre Alemania; abandona España la no beligerancia y proclama su neutralidad.

Personajes históricos:

  • El general De Gaulle; el cónsul español en los Pirineos Atlánticos; Hitler; Serrallonga, un bandolero con fama en el siglo XVII; el gobernador civil de la demarcación y jefe provincial del Movimiento; el general Queipo de Llanos; Karl Otto Koch, comandante del campo de concentración de Buchenwald; Francisco Franco; el arquitecto Garnier; la organización de la Resistencia a las órdenes de De Gaulle en el norte de África; el código penal de la Segunda República, la Gandula; el embajador británico Samuel Hoare; Montgomery; Rommel; Roosevelt; Pétain; el general Moscardó, primer conde del Alcázar de Toledo; Walter Benjamin; Elisabeth Eidenbenz, enfermera suiza y fundadora de la maternidad de Elna, en los Pirineos Orientales; Mara Hari; Mussolini; Pierre Mendès France; Eisenhower; René Pleven; Calouste Gulbenkian, un magnate del petróleo; Alfonso XIII; Primo de Rivera; Gaston Doumergue; los Reyes Católicos; Oskar Schindler; Ángel Sanz Briz, Giorgio Perlasca.

Entidades, instituciones, ejércitos o asociaciones: 

  • Brigada de Alta Montaña de Baviera; las SS, la Gestapo; la Resistencia; el American Jewish Joint Distribution Committee, el Comité Conjunto de Distribución Judío Americano, con sede en Nueva York; Abwehr, la organización de inteligencia militar alemana; El M16, el M19 y el SOE, Special Operations Executive, el cuerpo de élite de Churchill; la OSS; el Deuxième Bureau francés, segunda oficina del Estados Mayor; el Ministerio de Gobernación; la guardia civil; el Juzgado Especial de Vagos y Maleantes; el Estado Mayor del Reich; la Dirección General de Seguridad; África Korps; la Cruz Roja; la Wehrmacht; Comité Francés de Liberación Nacional; División Leclerc; MInisterio de Guerra de Francia; la Asamblea Nacional francesa; Servicio Nacional de Aduanas; el Tribunal Apostólico de la Roma Romana; la Sata Sede; la CNT; Consejo de Ministros de España; Fuerzas Aéreas francesas.

Música:

  • Piano de cola Steinway.
  • Alma Mahler.
  • Music-hall.
  • Charles Trenet.
  • Brassens.
  • La guitarra de Django Reinhardt.
  • El charlestón.
  • Una sonata para violín de Schubert.
  • La chacona en re menor de Bach.
  • La Marsellesa.
  • Shostakóvich.
  • Wagner.

Tren:

  • Línea de Midi.
  • Ferrocarriles del Norte.
  • Intercambiadores de vías en Port-Bou e Irún.
  • Ferrocarril Orient Express.
  • Estación de Austerlitz.

Libros y Literatura:

  • El conde de Montecristo de Alejandro Dumas.
  • El Quijote.
  • Julio César.
  • Hamlet.
  • El mercader de Venecia.
  • Robinson Crusoe.
  • Thomas Mann.
  • El tuilipán negro de Dumas.
  • Ser y tiempo de Martin Heidegger.
  • El poeta y novelista Franz Werfel.
  • El escritor Heinrich Mann, hermano mayor de Thomas Mann.
  • Lion Feuchtwanger.
  • La de los tristes destinos, la décima y última novela de la cuarta serie de los Episodios Nacionales de Benito Pérez Galdós.  También de los Episodios Nacionales: Zaragoza, Memorias de un cortesano de 1815 y Trafalgar.
  • Las panteras de Argel de Emilio Salgari.
  • André Malraux.
  • Caperucita.

Botas:

  • Botas de Marschstiefel.

Medios de comunicación:

  • Heraldo de Aragón.
  • Radio Nacional.
  • Maravillas, la revista infantil.
  • Noticiario y Documentales Cinematográficos.
  • Radio Francia.

Reloj de péndulo:

  • Marca Dicenti.

Barcos:

  • Buque Serpa Pinto que se dirige a América.
  • Naviera portuguesa Compañía Colonial de Navegaçao.
  • Los barcos de la empresa Ybarra hacen la travesía de ultramar.
  • El Olterra, de bandera italiana.
  • El Ocean Vanquisher, el Berto, el Empire Centaur y el Armattan.

Monedas:

  • Dólares de planta.
  • Las pesetas y los francos.
  • Los Reichsmark.

Fábrica:

  • La Mauser-Werke Oberndorf Waffensysteme Gmbh

Símbolos:

  • El águila dorada del Reich.

Fiestas:

  • La fiesta mayor de Canfranc; Pascua; Navidad.

Galletas:

  • Marca Cros.

Reconocimientos:

  • La Orden de Cisneros.

Tallas:

  • Criselefantinas, una esculturas en miniatura, la mayoría representando a mujeres modernas muy estilizadas haciendo deporte o danzando de forma nada clásica.

Biblia:

  • Matusalén.

Fármacos:

  • Prontosil;
  • Luminal, la marca comercial del fenobarbital, un barbitúrico de propiedades instantáneas.
  • Sulfamidas y estreptomicina.

Leyendas:

  • Loreley, la sirena del Rin.
  • La del Pico Balaitús o Marmuré, antes dios de los Pirineos, el que maneja las tormentas y los rayos.  Se enamora de Cubella, la hija de los dioses menores Anaye y Arafia, que lo rechaza porque quiere vivir con su familia y cerca de los animales del bosque.  Cuanto intenta raptarla, su pecho se convierte también en piedra, en la Peña Foratata.
  • La del edelweiss, fruto del llanto de una reina de hielo, que llora tanto cuando los gnomos despeñan a su amado atado a una piedra por un barranco, que con sus lágrimas se formaron esas magnolias silvestres.

Caviar:

  • Latas de caviar Alma, del pez esturión Beluga albino del mar Caspio.

Aeropuertos:

  • Le Bourget.
  • Boufarik de Argel.

Vehículos:

  • Un Mercedes blindado.
  • Un Cadillac 341 Roadster.
  • Adler Trumpf Junior.
  • Porsche.
  • Los Renault Vivaquatre.
  • Un Volkwagen.

Arte:

  • La Venus de Milo.
  • El pintor Marc Chagall, Moishe Segal.
  • Max Ernst.
  • Picasso.

Preparado:

  • Agua del Carmen;

Abono:

  • Nitrato de Chile;

Artista:

  • Joséphine Baker, la Venus de bronce, la perla negra, la diosa criolla, Zouzou, la princesa Tam Tam, la sirena de los trópicos. Su marido, Jean LIon, un magnate de las azucareras, judío.

Periodista:

  • Fred Deyermond;

Manantial de agua salada:

  • Salzquelle

Diseño:

  • Art decó.

Correos y telégrafos:

  • La Poste, los correos y telégrafos franceses.

Apariciones:

  • La cueva de Benardette.

Iglesia:

  • San Gregorio Magno; el Cristo de Limpias. Triduo Pascual; el Vaticano; Lourdes y Santa Lucía; San Pancracio; San Cristóbal; Jesús, María y José; San Pedro.

Pistolas:

  • Astra, Llama, Martian, fuseles cortos.

Mitología:

  • Sísifo, el rey griego castigado a transportar una piedra enorme una y otra vez, hacia arribas, por una ladera del infierno.
  • Hércules.

Vino y vermú:

  • Vino de Madeira.
  • Vermú Martini.

Jabón:

  • Jabón de Marsella,

Cine:

  • Luis Buñuel,

Cigarrillos:

  • Gauloises, con el eslogan sobre fondo azul: Libertad siempre,

Central eléctrica:

  • La central de Forges d’Abel.

Loción:

  • Maderas de Oriente.

En resumen… «Volver a Canfranc»

Con todo lo que os he ido contando en la reseña y por lo que me vais conociendo, imagino que ya sabéis que el libro me ha gustado mucho.  Soy una enamorada del Pirineo en general, me encanta disfrutarlo caminando y descubriendo rutas.  Y uno de los lugares en los que más he estado es Canfranc, por diversos motivos.  Allí, siempre ha llamado mi atención la estación.  Es un edificio muy bonito y llamativo por su tamaño.

Si Rosario Raro la eligió como escenario de su primera novela, os cuento que, en el año 2000 el famosísimo «calvo» de la Lotería (¿quién no lo recuerda?) viajó hasta la estación de Canfranc acompañado de sus hadas para grabar el anuncio más esperado del año.  No dejéis de verlo, porque la estación volvió a llenarse de viajeros y de magia.

En este punto, no puedo dejar de contaros que el primer contacto surgió con una investigación de la escritora sobre su apellido.  Ella estaba convencida de que todos los Raro eran de Segorbe (como en su caso). Pero la primera vez que se documentó el apellido fue en un acta notarial del siglo XV, en un pueblo muy cercano a Canfranc.

Y no acaba ahí la cosa. Después, se enteró de que también había Raros en Jaca… Y se volvió a encontrar con Canfranc en un libro sobre lugares emblemáticos hoy abandonados, y en documentales sobre el valor que tuvo ese lugar en la contienda mundial. Cuando empezó a escribir sobre el tema central de la novela, era como si el destino le llevase a una conexión directa con la localidad oscense.  Hay muchas veces que el destino manda con sus inesperados caprichos.

Me ha gustado mucho que, a pesar de estar ambientada en un momento de conflicto mundial, con todo lo que eso conlleva, es una historia de esperanza y de valentía.  Un coraje que resulta muy escaso en nuestros días, una virtud que no abunda.  Transcurre durante la guerra, pero nos muestra a personas que dan un paso hacia delante, que se rebelan contra la injusticia y la crueldad  Personas que se convierten en héroes imprescindibles, pero con una labor callada, sin esperar nada a cambio.

Y esto me recuerda que he escuchado estos días al cocinero José Andrés en un programa.  Contaba que él es miedoso, que sí tiene miedo cuando se mete en un conflicto o en medio de una catástrofe pero que, lo que le da más miedo, es la indiferencia.  ¡Cuánta verdad!  Por eso, los protagonistas de este libro son un claro ejemplo de valentía desde la humildad.  Personas así deberían ser nuestros referentes, los modelos a seguir.

Esto me lleva directamente a los personajes.  Los protagonistas del libro ponen en peligro sus propias vidas para que cientos (o tal vez miles) de judíos puedan huir, viajar a otros lugares escapando del nazismo. La mayoría de los personajes son reales y fieles a su biografía, aunque sus nombres hayan sido modificados en la novela. El personaje por el que se decidió la autora a escribir la novela fue Laurent Juste.

Laurent Juste, Lorenzo Justo o el Sol de la Justicia es un hombre que renunció a ser ministro del gobierno de Charles de Gaulle.  Dice mucho de su personalidad que, cuando terminó la guerra y después de muchos avatares, él solamente quería volver a Canfranc. Esa es su ambición, después de haberse jugado la vida.  ¿Es o no es un auténtico ejemplo? Tras salvar la vida de cientos de personas, su deseo es retomar la suya en un tranquilo pueblo, ejerciendo su profesión junto a su familia.  Increíble y más en el contexto en el que nos movemos actualmente.

Junto a él, otros personajes completan el elenco. Juste cuenta con la ayuda de otros, tan héroes como él, tan íntegros como él:  Jana Belerma, la joven de Zaragoza y camarera del Hotel Internacional; Esteve Durandarte, un hombre con muchos secretos; Didier; el violinista Montlum; Arlette, la esposa de Juste; Valentina, un muchacha que colabora con Jana; Tricio y Pilar, los encargados de La Serena, un lugar donde se encuentran los vecinos y no se habla demasiado alto, salvo cuando se quiere.

Poco a poco, conforme avanza la trama, vamos queriendo a todos, cada uno con su personalidad y su papel.  Pero tengo que reconocer que me quedo con Durandarte. Como os he dicho, es un hombre con secretos y una personalidad muy atractiva, es un hombre enigmático, dedicado supuestamente al contrabando de mercancías clandestinas.  Siempre está cuando se necesita su ayuda, se arriesga, aparece y desaparece, resuelve lo que parece imposible, tiene algo especial, sin ninguna duda.  Su escondite está en la montaña, provoca habladurías y tiene fama de mujeriego.  ¿Y qué queréis que os diga? A mí, me ha conquistado.

«A pesar de vivir en el monte conseguía que sus camisas, además de blancas y limpias, estuvieran crujientes por efecto del planchado con almidón» (página 106)

Asimismo, me ha parecido muy honesto que al final de libro, Rosario Raro reconoce que, como no podía ser de otra manera tratándose de material novelesco, se ha tomado bastantes licencias históricas para convertir en más poéticos o románticos los episodios que se narran.  Esto me ha sorprendido, porque no suelo verlo en otras obras y creo que es muy oportuno señalarlo.

También me han parecido muy interesantes las referencias literarias que encontramos a lo largo del texto, la mención de otros libros.  A Jana le apasiona la lectura y casi vamos leyendo con ella, al mismo tiempo, «El conde de Montecristo».  Pero el tema no acaba aquí, ya que los libros se convierten en vehículo, en un medio de transmisión perfecto para mandar mensajes secretos, incluso ubicaciones y periplos entre los personajes de la novela.  ¡Qué forma tan fantástica de hacer llegar información!  Este recurso siempre nos agrada a los lectores.

Por otra parte, tengo la certeza de que la escritora ha llevado a cabo una importante labor de documentación.  Recuerdo que cuando le hice la entrevista, le pregunté por este tema y nos contó lo siguiente:

«Estamos en el siglo XXI y tenemos que aprovechar los recursos de los que disponemos: consulta de diccionarios en línea, Google Maps, búsqueda de fuentes de documentación como tesis doctorales en la base de TESEO, lectura de libros en Google Books, etc. Un etc. larguísimo. Ahora mismo es inédito el acceso que tenemos a una ingente bibliografía, testimonios, documentales…
Consulto las hemerotecas digitalizadas de algunos periódicos y numerosísimos documentales. Creo que para escribir literatura la documentación tiene que ser mixta: historia y ficción combinadas, como en el resultado».

De hecho, hay tantas referencias que quiero pedir disculpas, porque seguro que me he dejado alguna.

Entre su documentación para este libro, Rosario Raro destaca los libros del periodista Ramón J. Campo.  También «La penúltima frontera: fugitivos del nazismo en España» de la traductora y ensayista catalana Rosa Sala Rose.  Y uno de los libros fundamentales para entender el espionaje de esta época, así como para acercarse a quien fue uno de sus principales protagonistas conocido como Arabel para los alemanes, es «Garbo, el espía», de Stephan Talty.  Y aporta muchos datos sobre los hechos sucedidos en Canfranc, «Banderas rotas» del gran José Antonio Labordeta.

¡Qué importante es escribir sobre las cosas que han pasado (incluso cuando no hace tanto tiempo) para que no las olvidemos!  Además, es una buena herramienta para explicar que la historia se hace entre todos, incluyendo a las personas anónimas, a veces héroes discretos.  Y que la valentía es crucial, cada uno en su parcela, en la medida de sus posibilidades. La historia nos da grandes lecciones y previene de errores ya cometidos.

Me ha encantado disfrutar de Canfranc en las páginas de esta novela.  No obstante, ha sido un placer enorme recorrer algunas calles de Zaragoza, mi ciudad, la tierra siempre tira.  Es tan bonita que resulta muy literaria, aparece en más libros de los que pensamos, aunque a veces no sea el escenario principal.  Yo disfruto conociéndola cada día un poquito más, ya que perderse por sus rincones es siempre una grata sorpresa.

Al mismo tiempo, soy una enamorada de Aragón, porque es una tierra llena de encanto y de lugares que merecen que los conozcamos.  El Pirineo engancha desde la primera vez que lo pisas.  Y hay muchos pueblos en los que te olvidas de las prisas, de los problemas y del tiempo.  De vez en cuando, os voy mostrando algunos. No me extraña que Rosario haya vuelto a Canfranc en su nueva obra.  Ella suele decir que Canfranc es como la Casablanca de la película, pero en el Pirineo; el salvamento llevado a cabo por Schindler, pero en la frontera entre Aragón y Aquitania.

Parece que pronto la histórica estación internacional de Canfranc recuperará el esplendor del pasado tras años de decadencia y abandono, reconvertida en un lujoso hotel de cinco estrellas.  Se está llevando a cabo una rehabilitación integral del edificio, declarado en 2002 Bien de Interés Cultural y patrimonio histórico cultural ferroviario. La recepción del hotel ocupará el histórico vestíbulo.

El diseño se ha inspirado en la estética de las antiguas estaciones y de los lujosos trenes de largo recorrido de principios del siglo XX, con sus particulares vagones y elementos representativos, pero adaptándola a su característico estilo y aportando un toque contemporáneo.  En su decoración, se van a combinar espacios con elementos art déco y ambientes contemporáneos nostálgicos.

Tiempo tendremos de ver el resultado.

Volviendo al libro, la forma de escribir de Rosario Raro me ha parecido que está muy estructurada y que responde a un esquema muy trabajado previamente, es evidente que existe una importante labor anterior, una planificación que se ve reflejada en el texto.  Utiliza capítulos cortos, facilitando la lectura y haciéndola amena y entretenida.  Sin recursos superfluos, sin enredarse en aspectos innecesarios, nos va metiendo en la historia, nos va dando información y nos va adentrando en lo esencial de la trama.

La historia está contada en tercera persona y en pasado.  Y hay que resaltar también la forma tan potente con la que comienza.  Después de esa introducción, te metes en una historia que ya no olvidarás, que te invitará a visitar la estación y verla irremediablemente de otra forma.

Hay dos frases de Laurent que me parecen unas excelentes conclusiones de la novela:

«Solo nos ha sido dada una vida, pero con esta podemos salvar muchas otras» (página 376)
«Jana, ser sentimentales es un lujo que no podemos permitirnos.  Lo podemos pagar muy caro» (página 88) 

«Volver a Canfranc» es un maravilloso y merecido homenaje a unas personas increíbles, a unos héroes anónimos que lucharon por sus ideales, por lo que creían justo de una forma desinteresada y muy valiente, sabiendo que se ponían en peligro, que se exponían a perder sus vidas, implicando incluso a sus familias.

En definitiva, Rosario Raro recoge y nos cuenta unos hechos históricos ambientados en la Segunda Guerra Mundial. Y lo hace intercalando personajes reales con personajes de ficción, entremezclando realidad y novela, cambiando algunos nombres incluso.  Además, nos hace partícipes de lo que sucedió en un rincón del Pirineo de una manera amena.

Asimismo, aborda otros temas que tal vez no son demasiado conocidos.  Ya he hablado de ellos antes, pero me estoy refiriendo a que Canfranc fue el corredor más importante de personas y mercancías. al expolio nazi, a la red de espionaje que se tejió en ese lugar, al contrabando o el paso clandestino de mercancías, incluso al papel de las mujeres en la Historia.

Para ir terminando, no creo que necesitéis más argumentos para empezar a leerlo.  Sin embargo, quiero añadir que el lenguaje de la escritora es medido, acertadísimo, sencillo y elegante.

Dicho todo esto, voy a poner un pequeño pero.  En algunos momentos, me ha faltado un pelín de tensión, de intriga y, en otros, un poquito de intensidad.  Reconocido esto, creo sinceramente que este libro debe estar en vuestro listado de próximas lecturas.  Después, tendréis que volver a Canfranc (como pienso hacer pronto) o bien ir a conocerlo.  Será inevitable.  Ahora tengo en mi listado de cosas pendientes, disfrutar de la ruta sobre la novela.

En cualquier caso, os invito a leer «Volver a Canfranc».  Después, como siempre, cuando la hayáis leído ¡dejad vuestros comentarios!

Mis fragmentos preferidos 

«Sabía que el regalos que hace alguien que no está en condiciones de obsequiar nada sale del alma, que es la verdadera generosidad, la de quienes a pesar de tener muy poco lo darían todo» (página 43)

«A su impotencia sumaba una desazón imposible de paliar, todo sucedió tan rápido que no les dio tiempo de actuar, aunque de todas formas no hubieran podido hacer nada, era imposible enfrentarse a los que conducían aquel camión y solo hubieran conseguido que los detuvieran también a ellos» (página 99)

«Y en las guerras quienes se llevan siempre la peor parte son los pobres» (página 145)

«Su presencia allí era lo más parecido a un sueño, una sensación de lluvia en el infierno» (página 239)

«Y sobre todo le dio muchas vueltas a algo, a que hay personas buenas y malas, y a que otros lo son según las circunstancias que les toca vivir» (página 270)

«Entre la guerra, la vida continuaba abriéndose paso» (página 338)

«En medio de la guerra suceden estas cosas, había quien escribía a presos que tampoco conocía de nada solo para hacerles compañía» (página 451)

Los fragmentos que me hicieron reflexionar

«Aquel desfile de vidas truncadas, ya imposibles de recomponer, mostraba la debilidad de aquellas gentes que no oponían batalla, sino que se sumían en el silencio como si tanta violencia no pudiera contestarse con palabras» (página 99)

«Jana buscaba un traductor y había encontrado bastante más en aquel hombre decidido, que también pertenecía a la raza de quienes no anticipan el miedo y por tanto no lo viven antes de hora, sino que manejan las circunstancias difíciles solo cuando estas llegan» (página 150)

«La amistad nos duplica, nos expande, nos vuelve poderosos»  (página 368)

Palabras aprendidas

  • Resma: Conjunto de 20 manos de papel.
  • Hectógrafo: Aparato que servía para sacar múltiples copias de un escrito o dibujo.
  • Rijosa:  Pronto, dispuesto para reñir o contender.  Inquieto y alborotado ante la presencia de una hembra. Lujurioso, sensual.
  • Canana: Cinto dispuestos para llevar cartuchos.
  • Toronjil: Planta herbácea anual, de la familia de las labiadas, con muchos tallos rector de 40 a 60 centímetros de altura, hojas pecioladas, ovales, arrugadas, dentadas y olorosas, flores blancas en verticilos axilares, y fruto seco, capsular, con cuatro semillas menudas, que es común en España, y cuyas hojas y sumidades floridas se usan en medicina como remedio tónico y antiespasmódico.
  • Tungsteno: Wolframio:  elemento químico metálico de número atómico 74, de color gris acerado, muy duro y denso, escaso en la corteza terrestre, con el punto de fusión más elevado de todos los elementos y usado en los filamentos de las lámparas incandescentes, en resistencias eléctricas y, aleado con el acero, en la fabricación de herramientas (símbolo W).
  • Asbesto: Mineral de composición y caracteres semejantes a los del amianto, pero de fibras duras y rígidas, parecidas al cristal hilado, y de efectos nocivos para la salud.
  • Frazada: Manta peluda que se echa sobre la cama.
  • Sursuncorda: Supuesto personaje anónimo de mucha importancia.
  • Acápita: (página 449 del libro) Esta palabra no está en el diccionario de la RAE.

 

2 Comentarios

  1. Vivianne Thirion

    Se antoja…espero esté disponible en México.

    Responder
    • Mis Palabras con Letras

      ¡Muchas gracias Vivianne por tu visita y por tu comentario! Sí, el libro es muy recomendable. Respecto a si está disponible en México, lo siento, pero no puedo ayudarte. Espero que lo encuentres. ¡Gracias y te espero por aquí siempre que quieras!

      Responder

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

¡Suscríbete!

Si no quieres perderte nada y recibir las novedades de Mis Palabras Con Letras

Privacidad

¡Ya te has suscrito! ¡Gracias!