Reseña «Entre acuarelas y lágrimas»

Autor: José Orlando Castañeda 

Páginas: 324

Curiosidades

Es imprescindible empezar la reseña de «Entre acuarelas y lágrimas», publicada por Caligrama Editorial, comentando que su autor, José Orlando Castañeda, compagina su faceta literaria con la de juez penal en el estado de Nueva York, lo que le ha permitido entrar en contacto con la población inmigrante.

Al terminar secundaria en Ibagué (Colombia), el escritor emigró a Estados Unidos y obtuvo una maestría en la Universidad de Columbia y un doctorado en Derecho en la Universidad de Pace. Abrió un bufete de abogados en Port Chester (Nueva York), donde posteriormente fue nombrado juez penal. Esa transición la presentó en el cuento breve La feria de las flores.

Su profesión le permite observar las secuelas de la distancia en la comunidad inmigrante y las historias que conoció a lo largo de su carrera le motivaron a escribir «Entre acuarelas y lágrimas».

Por eso, se trata de una novela absorbente y real escrita en un trasfondo de inmigración, fenómeno implacable en separar familias y destruir amores.

«Vivimos por los que queremos y se quedaron, y morimos por los que queremos y se fueron»

Además, la investigación para la novela fue para él un proceso totalmente enriquecedor. En la sierra ecuatoriana, pudo ver con detalle los pequeños círculos de colores de las lantanas, la «limpia» practicada por un curandero o las madres que tejen mantas en la plaza del mercado mientras les dan pecho a sus bebés. En Madrid, pudo ver a los vendedores pregonar sus barquillos en el parque del Retiro, a los chulapos bailar el chotis, tomar en las manos y curiosear un libro antiguo.

También, en Nueva York, pudo estar con los jornaleros que esperan en la «parada» la llegada de contratistas, o entrar con el personaje en las entrañas de un prostíbulo para escuchar la historia desgarradora de una de las chicas. Cada párrafo de la novela transmite una esas historias vividas.

Participó en una demanda civil que le llevó a viajar a Ecuador por primera vez.  Allí se enteró de la enorme tragedia social que significa la salida del país de todo un segmento de la población. Atrás quedaban padres sin sus hijos, hijos sin sus padres, hogares desbaratados, lágrimas y desolación por todas partes. Solo tuvo que seguir de cerca sus historias para construir todo el argumento de la novela.

«Mis manos se quedaron sin tejer las trenzas a mi hija para ir a la escuela»

José Orlando Castañeda ha dicho en relación con su novela:

«Cada persona es una montaña de sueños y experiencias, y a un escritor solo le basta escarbar un poco para encontrar la veta de oro que llevan por dentro».  

Sinopsis

Manuel, un joven ecuatoriano que pinta acuarelas y vende hierbas medicinales en el mercado, emigra a Port Chester (Nueva York). Su esposa, Elvira, busca llegar a él por mar, pero su barco naufraga. Luego de su rescate, cambia de planes y viaja a Madrid. Antonio, el padre de los niños que ahora cuida, la descubre leyendo en secreto uno de sus libros. Le indica a hurtadillas un pasaje con una tira de papel, y Elvira, intrigada, señala a su vez una frase para él. Comienzan un intercambio de citas literarias por las que se cuela el amor.

Mientras Manuel se refugia en sus pinturas y sanaciones naturistas al otro lado del mundo, Elvira cultiva una ilusión con Antonio. Luego de una decepción, busca retomar su hogar y viaja a Port Chester por su marido. Ante una tragedia inesperada, descubre las acuarelas que Manuel pintaba en su soledad. Sus pinceladas laceran lo más profundo de su ser.

Mi opinión 

Estructura

El libro se divide en tres partes, claramente diferenciadas.

A su vez, cada una de las partes está dividida en capítulos.  La primera parte consta de XV capítulos, en la misma, conocemos a los personajes, su procedencia, su vida y les acompañamos, obligados por las circunstancias, en sus complicados viajes hacia una nueva vida. La segunda parte por XIV capítulos.  Mientras que la tercera consta de III capítulos.  Los capítulos son cortos y eso facilita la lectura.

Por otro lado, el libro está escrito en tercera persona.  Se va moviendo entre el momento que viven los personajes y también en su pasado, para ir conociéndoles mejor.

La historia

«Entre acuarelas y lágrimas»  es, sobre todo, una historia sobre la emigración y las duras consecuencias para quienes la viven en primera persona, desde el momento que dejan su lugar de origen, su vida, su casa y su familia, desde que se alejan de sus hijos, sus padres y sus raíces.  Para ellos y también para las personas que dejan atrás, que sufren su ausencia.

El libro muestra la constante pregunta que se hacen quienes emigran: ¿mereció la pena tanto esfuerzo?  Y es una profunda reflexión sobre el desarraigo, un sentimiento duro y demoledor muchas veces, un precio muy alto, probablemente demasiado alto, para quienes dejan sus familias.   La trama nos lleva a reflexionar sobre el importante coste emocional del desarraigo.

También nos adentra en la lucha de los personajes por conservar la vida familiar en la distancia, pero también en las causas que les llevan a emigrar, que les empujan a buscar un futuro mejor, a pesar de las dificultades, del complicado viaje, de las condiciones adversas o los sinsabores de un nuevo comienzo en otro lugar, con otras costumbres.

Además, la historia nos acerca al enorme peso que llevan consigo los inmigrantes, al alivio de los locutorios de llamadas internacionales, que permiten descargar las penas de la distancia:

«Elvira confirmó que los inmigrantes como ella llevaban consigo un enorme peso de necesidades económicas y cargas emocionales que aumentaban con el tiempo: amores truncados, conflictos de familia, culpabilidades por actos u omisiones del pasado.  Su mayor tristeza era la ausencia de sus hijos. Al escuchar el llanto de un niño, pensaba en ellos, en la imposibilidad de consolarlos, en las experiencias que no podían compartir» (página 143) 

Pero, por otra parte, la novela también tiene como protagonista el amor en distintas versiones y formas.  El amor entre una pareja obligada a separarse y vivir en la distancia.  Entre unos padres y unos hijos que no conviven, que casi son desconocidos.  El amor como una nueva ilusión, a partir de una atracción fuerte e incontrolable.  En su versión imposible e inalcanzable.  El amor recuperado y reconstruido casi desde cero.

Y es una lección de cómo adaptarse a una nueva situación, de cómo aprender de otros modos de vivir, de cómo afrontar los reproches de la intolerancia, de la necesidad de regularizar la residencia a través del arraigo laboral, de la búsqueda de formas de aferrarse a las costumbres propias, de cómo resulta imprescindible encender velitas de amistad con otros inmigrantes en parecida situación.

También de cómo es posible encontrarse con personas que sí valoran su esfuerzo en un país que no es el suyo, de cómo te sientes cuando una máquina gigante de trabajo no te da un respiro, de cómo primero se paga la deuda del viaje y luego se envía dinero para construir una casa.

«Como sucedía con frecuencia en el país, la nueva casa permanecería vacía hasta que regresaran sus dueños» (página 161)

Además, descubrimos cómo es posible entregar el amor que no se puede dar a los hijos a otros niños;  la impotencia de ver cómo los familiares mueren esperando, sin poder verlos de nuevo, a pesar de la promesa que se les hizo de volver; el arrepentimiento de no haber regresado cuando se estaba a tiempo; la necesidad de compartir los pesares mutuos.

«¡Que triste es tener que dejar a nuestros hijos si queremos hacer algo por ellos!» (página 185) 

Asimismo, la novela nos muestra también la desconfianza hacia los inmigrantes, los salarios injustos, la esperanza del regreso, el valor de la amistad, el teléfono como un instrumento que amplia las desavenencias, las quejas de unos hijos que ya no creen en la vuelta, la resignación cuando se tiene la certeza de que ya nada será lo mismo, la soledad de las personas mayores, la falta de tiempo para las cosas realmente importantes.

Y no quiero olvidar que las acuarelas y los libros son también una parte importante de la historia, símbolos de sentimientos y emociones.  Junto con las plantas medicinales juegan un papel relevante.

Los personajes

Los protagonistas principales son Manuel y Elvira.

Manuel Ignacio Tenesela nace en Paute (Ecuador).  Crece en una casa espaciosa y fresca. Ayuda desde pequeño en el cultivo de flores y hierbas medicinas que su abuela lleva a vender en la plaza los días del mercado. En su época de colegio, toma lecciones de pintura en acuarelas, arte en el que desarrolla un especial talento y vocación, creando su repertorio de escenas naturistas.

En su adolescencia, conoce las bondades de las plantas, aprende de bebidas e inhalaciones, de ungüentos caseros y de sobijos, de emplastos, de infusiones y de remedios, de amuletos y talismanes. Forma una familia con Elvira, tienen dos hijos.  Después, las circunstancias le obligan a emigrar, a pesar de que él se aferra a cualquier iniciativa con tal de no hacerlo, se refugia en su entorno hasta el último momento antes de partir.

Es un hombre bueno y reflexivo, al que le cuesta un poco expresar sus sentimientos, preocupado por su familia y solidario con los problemas de los demás.  Sabe escuchar compasivo los lamentos de sus amigos y vecinos, en quienes encuentra siempre una conexión con su pasado.  Aunque oírles le afecta y genera en él un sentimiento de culpa.

Elvira Isabel Pintado Alonso es su compañera, inquieta y soñadora, decidida y muy atenta con su familia.  Es trabajadora y tiene capacidad de adaptación.  Pertenece a una familia próspera de Gualaceo (Ecuador).  Hereda de su padre la piel cobriza, que acentúa su belleza exótica, y de su madre su porte altivo, sus rasgos delicados y unos ojos de española que exigen recordarlos.

Como su marido, se ve obligada a emigrar.  El primer intento es un fracaso y vive momentos terribles.  Ella confía en que su hogar no se desbarate con la migración y piensa que su viaje va a ser corto, porque sus hijos la necesitan.  Ella extraña a su abuelo, el único ser que la ha comprendido y apoyado.  Está dispuesta a trabajar para salir adelante, pero también quiere aprender y conocer.

Es valiente y resuelta, es una persona justa y con principios.  Le encanta leer y siente verdadera pasión por los libros.  Las fragancias arcaicas de los libros le traen recuerdos de su padre cuando le leía historias de su colección y el hecho de acercarse a ellos le fortalece el alma. Sufre muchísimo con la separación de su familia y por no poder acompañar a sus hijos mientras crecen.

Juntos llevan una vida sin sobresaltos, hasta que desembocan en la situación de ser viajeros clandestinos que aventuran sus vidas con tan solo una mochila de esperanzas.  Nada en su formación los ha preparado para esa aventura.  Nada en sus sueños contempla tan absurdo riesgo.

Amanda tiene es una antigua compañera de colegio de Manuel que se mudó de Paute.  Casada con un camionero vive en Cuenca, hasta que tiene que emigrar.  Coinciden en su viaje.  Agobiada por el llanto le cuenta su terrible viaje en barco.

Don Moisés es el legendario hombre sencillo que ofrece sus helados con un cajón de madera sobre ruedas que irradia frescor, bajo los sauces florecidos del parque en Paute.  Lleva sombrero de ala corta, su sonrisa es generosa y tiene flecos de cabello blanco sobre sus sienes.

Andrea y Néstor son los hijos de Manuel y Elvira.  Cuando emigran tienen seis y casi cinco años.  El nacimiento de la primera cambia sus vidas y la del segundo, aumenta la alegría.  Son unos niños felices que, después, se vuelven rebeldes y no comprenden la ausencia de sus padres.

Galo PIntado es el padre de Elvira.   Ha heredado un negocio de papelería y útiles escolares, y una finca pequeña que administra con la ayuda de un trabajador y los tres hermanos mayores de Elvira.  Como su padre, toma la rutina de llevar a Guayaquil productos de la finca y regresar con surtido para la tienda.  En casa viaje se ausenta varios días.

María Paz Alonso de Pintado es la madre de Elvira y nieta de refugiados asturianos que siete decenios atrás habían abierto en Guayaquil una tienda mayorista.  Allí vive hasta su boda con Galo. Se casa con él en total contravención a la voluntad de su madre. Termina a cargo del negocio y del hogar, a toda hora y todos los días de su vida.  Sus jornadas transcurren detrás de un mostrador, separada de la familia.

Santos es el abuelo de Elvira, quien le quiere mucho.  De él aprende rimas y poemas que recita ante las visitas y, más adelante, en la escuela. Le suele acompañar a la plaza del mercado de Gualaceo y escucha con interés las conversaciones sobre los productos del campo, incluyen la variedad de flores ofrecidas a la venta.  Le encanta ver seleccionar los claveles, crisantemos y petunias para llevar a casa.

Eloísa es la tía de Elvira.  Tiene una finca, donde suelen hornear panes y galletas los fines de semana.

Encarnación es la abuela de Manuel, cuida dos hileras de hierbas medicinales como a sus propios hijos.  En tardes apacibles, después de rociarlas, desyerbarlas y hablarles en voz baja, se sienta a tejer mantas de lana con dos agujas largas que continúa moviendo por instinto hasta mucho después de quedarse dormida.

 

Pachito es el único hermano de Manuel.  Siendo muy niño lo tumba el burro de la casa, dejándole una dificultad de aprendizaje y dependiente de todos.  Con su aire ingenuo y feliz, se convierte en la adoración de la familia y el protegido inseparable de su hermano.  Adquiere destreza de trapecista para subirse a los árboles y pasar de unos a otros.  Él mira la vida desde arriba y se le pasa el tiempo sin que le toque sufrir.

Rosalía es la madre de Manuel.

Sor Felisa de la Asunción es una hermana carmelita encargada de fomentar las vocaciones juveniles y visita el Colegio Nacional de Gualaceo de Elvira.  A sus ochenta y un años sufre las dolencias propias de la edad, pero sigue siendo ágil, conversadora y sabia.  Le gustan la poesía y los libros, porque siempre hay sabiduría en ellos.  Le muestra a la protagonista los fascinantes libros del convento, cientos de libros antiguos atiborrados en estantes de madera.

Sor Inés es la bibliotecaria en el convento de Sor Felisa.

Sor Celeste es otra hermana del convento, la única que está enterada de los libros e interesada en la lectura, pero el frío del sótano le hace crujir los huesos.

El Chivo es un gordo corpulento de pelo erizado y mirada maliciosa, hijo de la dueña de un cuchitril en Los Toldos, por donde pasa Manuel en su viaje.  Su rostro esboza una sonrisa burlona y le van las peleas

María es una señora que abraza a un jovencito de zapatos deportivos color rojo (su nieto Mauricio, del que se hace cargo desde hace ocho años) y reza el rosario.  Coincide con Elvira en su viaje en barco.

William también va en el barco, es carpintero y constructor, aunque está dispuesto a trabajar en lo que sea.

Edilma es otra de las viajeras.  Es maestra en un pueblo del Cañar y su salario no le alcanza para mantener a sus hijos.

Maritza va en el barco, como los anteriores.  Tiene voz aflautada de chiquilla.  Su familia no la ha aceptado y es una extraña en su propia casa.  Ha sufrido desprecios y abusos.  De sus ahorros, su abuela le regala que busque la felicidad en otra parte.

Y con ellos viaja también Mario, un joven de mechón púrpura y cejas depiladas.

Hay tres guías que acompañan al grupo de Manuel una parte de su viaje (doce hombres y seis mujeres).  El jefe es un hombre menudo, de cuerpo ágil y mirada penetrante, con un derroche de energía prodigioso, numerosos rasguños mal curados y un tatuaje borroso en el cuello. El segundo, Tabo, es repugnante, un individuo flacuchento, de mirada quieta y hablado socarrón.  El último es un hombre de facciones indígenas y aspecto imperturbable, conoce bien el terreno

En Arizona, cuidan de Manuel: Tosali («nube blanca» en lengua yoreme, una mujer con trenza), Pascua (una mujer de busto exagerado) y Don Pedro, antes un yaquí bien chingón, ahora curandero Juan Matus es el padrino de Don Pedro, quien le lleva a andar por el desierto a visitar a los enfermos, conoce y le enseña los secretos de las plantas, de los búhos y los coyotes.  Carlos es un hombre de California que no es de fiar y engaña a Juan.

Domingo Quito es pescador y operador de la lancha rescatista.  Su esposa se llama Margarita y su hijo Dominguito. 

Guillermo es un antiguo compañero de colegio de Manuel, radicado en el sector de Queens en Nueva York.

Rosa es una prostituta a la que conoce y va tomando afecto Manuel, una joven caribeña que usa para su oficio ropa ceñida, peluca alborotada y tacones descomunales.  Su vestir sencillo y su carita redonda enmarcada por el cabello corto le hacen lucir jovial y tierna.  Cuando no trabaja, su aire es sereno y su porte recatado.

Edilberto es un primo de Manuel radicado en Port Chester desde hace varios años.

Segundo Loja es un compañero de trabajo de Manuel que se fractura la columna al caer de un andamio.

Carmen es una amiga ecuatoriana que recibe a Elvira en Madrid.  Arraigada en la ciudad desde hace varios años, suele albergar inmigrantes recién llegados.

Lucía (una joven ecuatoriana, una criatura que flota en el desamparo, sin horario fijo de trabajo y con un acné que no logra controlar) y Katia (una mujer robusta de maquillaje exagerado, botas entubadas y faldas diminutas) viven en el mismo lugar que Elvira durante un tiempo.

Felipe Sutil es el director de una agencia de trabajo a la que va Elvira.  Es un hombre de singular empatía con quienes llegan a su despacho cargados de ilusiones.

Paloma es la dueña de una empresa en la que trabaja Elvira.  Es una persona seria y exigente.  Muestra una rectitud que transmite confianza.

Julián Campillo es un señor de aspecto gracioso, un chulapo del Puente de Vallecas.  Su tono es afectuoso, con un tono paternal que no incomoda.  Piensa que todos los españoles debemos alegrarnos de que personas como Elvira, en la flor de la vida, quieran darnos sus mejores años.

María es una empleada de Paloma. Su mirada sincera parece rimar con las palabras que fluyen de sus labios y se advierte en ella una disposición generosa hacia la gente.  Se convierte en un apoyo para Elvira en la inmensidad de la metrópoli.  Le encanta contar sus impresiones.   

Gabriela es una chica argentina estupenda, compañera de María en la empresa de Paloma.

Natalia es una rusa de sonrisa dulce y conversación fácil que trabaja en un albergue infantil. Es vecina en el edificio de Elvira.  Celebra tertulias con un grupo de compatriotas y recita poesía.

Albertina es la empleada de la familia donde empieza a trabajar Elvira como cuidadora de los niños.  Es una señora de voz recia y caminar pesado.  Acaban formando un nexo profundo de amistad.

Antonio es el padre de esa familia.  Abogado de profesión. Tiene una importante colección de libros antiguos, ejemplares de lomos fatigados, de cortes desteñidos, de bordes henchidos por el tiempo.  Las cubiertas de cuero parecen abrazar las páginas para retener su contenido.  Ha sido un muchacho fogoso, con una estampa de enamorado que cautiva.  Es un hombre de letras que no va a cambiar.

Clara es la madre y es odontóloga.  Es muy rígida, impone unas normas muy estrictas a sus hijos, y le molestan los libros de su marido porque dice que se emboba con ellos en lugar de dedicarse a su profesión. Escoge a Antonio cuando lo conoce por un capricho, le hace cambiar de carrera y le sermonea constantemente.  Está demasiado entregada a su trabajo.

Paula es la hija y Javier es el hijo, de ocho años.

La abuela Pilar es la madre de Antonio.  Desea ver a sus nietos más de lo que sus visitas esporádicas le permiten.  Quiere cuidar a los niños, incluso se mudaría a vivir cerca.  Se siente relegada y le recrimina a su hijo su aparente indiferencia.

Neti Cabrera es una colombiana querendona y servicial que ocupa el tercer piso de la casa heredada de su marido en Port Chester.  Manuel alquila una habitación en su apartamento cuando llega a ese nuevo destino.  Administra una lavandería autoservicio cerca de su vivienda y se ufana de que tanto en el trabajo como en su casa sabe rodearse de gente buena.  Prepara buen café y buenos guisos. En su diario subir y bajar por la escalera común, imparte consejos, dispensa favores y hasta concede prórrogas en el alquiler a quienes pasan por un mal momento.  Es la encargada de administrar la «junta», un sistema informal de guardar dinero entre vecinos y amigos, un ahorro forzoso. Cree que Dios le ha dado una casa grande para dar posada al peregrino.

El doctor Nelson Duque es un odontólogo de Ecuador que llega a casa de Neti medio año después que Manuel.  Si quiere ejercer su profesión, le es necesario estudiar de nuevo.  Consigue un trabajo de limpieza y empieza a ahorrar.  Compra una silla dental de generación arcaica, otras cosas necesarias y empieza a recibir pacientes sin avisos, sin permisos, sin licencia y sin urgencia.

Asunción es una amiga de Neti que ha emigrado de Guatemala y que se pregunta cómo sabe una madre si lo que hace por sus hijos está bien.

Manuel Agustín es un hombre afable y patriarcal que acude a Manuel en busca de alivio para distensión de rodilla.  Es la persona que más acrecienta el dolor del protagonista con su historia.

Lidia es una mujer que tiene un empleo nocturno en limpieza de oficinas, sumida en la pobreza, a la que conoce Manuel y que batalla sola con su hijo Martín de cuatro años, una criatura hermética que parece distante y vulnerable.  El protagonista empieza a cuidarlo y se establece entre ellos un vínculo muy especial.

Pepe es el mejor amigo de Antonio.

Serino es un contratista que engancha obreros hablando un castellano italianizado, mezcla de su idioma natal y sus años de trabajo con inmigrantes latinoamericanos. Asigna trabajos a Manuel. También sufre de soledad.  Es sincero y comprensivo, justo y generoso, el tipo de hombre que pone sus sentimientos al desnudo.

Azucena (Duby) es una prostituta mexicana a la que conoce Manuel, también inmigrante.

Paulo es un hombre al que conoce María en una playa de Málaga.  Es un hombre triste a pesar de la relación que ya tiene, se acercan y se dan el cariño que necesitan.

Armando es un paciente de Manuel por un tratamiento para un tobillo lastimado.

Matilde es una señora que va a lavar los jueves al negocio de Neti.  Se ha traído a su hijo adolescente, pero el muchacho tiene un comportamiento demasiado rebelde y no colabora en nada, no reconoce el esfuerzo de sus padres, se vuelve insoportable.

Alicia es la mujer del turno de mañana en la lavandería. Su marido la abandona y la deja con tres hijos.  No ha ido a la escuela y teme enredarse con las cuentas.

Y, por supuesto, son también protagonistas:

Los libros antiguos:  Elvira, la protagonista, descubre siendo adolescente una colección en un convento de Cuenca (Ecuador) y queda fascinada. Años después, el padre de los niños que cuida en Madrid tiene su propia colección de libros antiguos, en este caso de literatura. Le señala en secreto un pasaje en uno de ellos, y ella hace lo mismo.

Las acuarelas: a través de las mismas se conoce la pareja protagonista, y luego se convierten en la herramienta con la que él se acerca y establece un vínculo con un niño traumatizado por la ausencia de su padre.

Los lugares

La trama se desarrolla principalmente en tres escenarios: su lugar de origen, Ecuador, y los lugares donde emigran Manuel y Elvira, Nueva York y Madrid.

En Ecuador nos acercamos a Paute -pueblo natal de Manuel, con la escuela elemental Isidro Ayora y el Colegio Agronómico Salesiano-, a Cuenca; la sierra ecuatoriana; a Quito -primera etapa del viaje de Elvira- y su Seminario Mayor; su plaza Mayor y las calles empedradas del sector colonial; Gualaceo – ciudad fundada a orillas del río Santa Bárbara, provincia del Azuay- y su Colegio Nacional; Guayaquil; el río Cutilcay; Cañar; La Concordia; las provincias de Pichincha y Esmeraldas -antiguo puerto de galeones españoles-; el puente de San Mateo; Camarón -un paraje de casas pintorescas y playas espaciosas-; un pueblo del Cañar; la pictórica ciudad de Chordeleg – capital orfebre-; el puerto de Manta; Girón; Masta -junto a un cerro grande-; Baños.

México: El Platanar, San Vicente, la población fronteriza de Ayutla, el puente sobre el río Seco, Ciudad Hidalgo -en el estado de Chiapas-, la estación de Tapachula, Oxaca – ses horas al sur de Ciudad de México-, Cananea -estado de Sonora-; Los Toldos -cruce clandestino de la frontera-; San Pedro de la Cueva -un pueblito lindo cerca de Hermosillo-; Sierra Vista.

Nueva York: el sector de Queens, Port Chester -una hora al norte de Nueva York, una de las tantas comunidades que tuvieron un auge económico con la llegada de inmigrantes; la «parada» -punto de encuentro entre inmigrantes desempleados y contratistas-; la iglesia de san Pedro sobre la avenida Wstchester-, un pueblo de Long Island; a playa de la ciudad de Rye; las iglesias San Pedro y Don Bosco; Newtown -un pueblo de Connecticut-; el hospital de New Haven; la iglesia del Santo Rosario.

Madrid: las calles de Marcelo, Gabriel, Amparo, Nicolás e Isabelita Usera; el coliseo principal de la ciudad; el mercado municipal de Las Ventas -frente a la plaza de toros-; las tiendas de Preciados; la Puerta del Sol; el puente de Vallecas; la plaza de Castilla; el estanque del Retiro; la calle del Arenal; la calle Conde de Peñalver, esquina con Goya; las calles del viejo Madrid; la Castellana; Alcobendas; la calle de Alcalá; calle Goya; la plaza de Colón; la Fuente del Berro -un parque de caminos apacibles entre setos y árboles centenarios-; el monumento a Alexander Pushkin; la estación de Atocha.

Se mencionan Guatemala, el norte de Inglaterra, Chicago, Colombia, El Salvador, los Andes, Arizona, California; Murcia, Nizhini Nóvgorod, la isla de Menorca, París y Normandía; Francia; Barcelona; Toledo -una ciudad de historias y misterios- ; la Florida; Moscú; Tahití; Segovia -los callejones estrechos de la ciudad antigua, iglesias y monasterios, la Casa de la Moneda, la plaza de las Sirenas, las juderías, el barrio de los caballeros, el acueducto romano, el alcázar, la Casa de los Picos y la sierra de Guadarrama-; una playa de Málaga.

Referencias 

Hechos históricos o sucedidos realmente:

  • El desastre del cerro La Josefina; la caída de los precios del petróleo, el colapso de la banca privada y la dolarización de la economía; accidente de tráfico de jornaleros ecuatorianos en Murcia; el legendario 5- 0 de Colombia contra Argentina.

Personajes históricos:

  • Miguel Servet; Giordano Bruno; Lupercio Leonardo; la reina Isabel; Aristóteles; José Martí; Leonardo da Vinci; el rey Arturo.

Entidades, organismos o instituciones:

  • Santo Oficio; Dirección Nacional de Salud de los Pueblos Indígenas; Ministerio de Salud Pública del Ecuador; el Ayuntamiento de Madrid; la Seguridad Social.

Libros y literatura:

  • Una edición trajinada pero legible de Madame Bovary de Flaubert.
  • Ejemplares de las colecciones Antares, Ariel Juvenil Ilustrada y volúmenes de la Biblioteca de Bolsillo Junior con sus clásicos españoles.
  • Avgustini Hippon Epifcopi Confessionvm, año de 1549.
  • Symbola Christiano Politica por don Diego Saavedra Fajardo, edición de 1649.
  • Los Cuentos de Canterbury.
  • Memorias para la historia de la virtud, sacadas del diario de una señorita; Alcalá, año de 1792.
  • Tratado de la vanidad del mundo y de meditaciones devotísimas del amor de Dios, por el M.R.P.FR, Diego de Estella, 1775.
  • Discurso sobre la historia universal para explicar la continuación de la religión y las varias mutaciones de los imperios, Andrés Ortega, 1767.
  • Index Librorum Prohibitorum de 1564.
  • ïndice último de los libros prohibidos y mandados a expurgar: para todos los reynos y señoríos del católico rey las Españas, el señor don Juan Carlos IV, año de 1790.
  • Libros de la lista prohibida: Fabulas, de la Fontaine; Ensayos, de Montaigne; Pensamientos, de Pascal.
  • Gran diccionario universal de Larousse.
  • Fama y obras posthumas del Fénix de México; Dézima Musa, Poetisa Americana, Sor Juana Inés de la Cruz, 1704.
  • Filotea, un razonamiento epistolar de sor Juana Inés.
  • ***
  • Poema «Perdona mis sueños celosos» de Alexander Sergievich Pushkin.
  • Orgullo y prejuicio de Jane Austen, Editorial Calpe, Colección Universal, Madrid, 1924. Su protagonista, Elizabeth Bennet.  Las impertinencias de Darcy, sir Villiam.
  • Dos tomos de El Quijote, en su edición de la Biblioteca Universal Ilustrada, Madrid, 1875.
  • Correo del otro mundo de Diego de Torres Villarroel, publicado en 1725.
  • Una traducción editada en 1891 de Madame Bovary.
  • Floresta española, de apotegmas, o sentencias sabia y graciosamente dichas, de algunos españoles, recogidas por Melchor de Santa Cruz, vecino de la ciudad de Toledo de 1790.
  • El sobrino de Rameau, obra de Diderot traducida al castellano en 1886.
  • Teofrasto, La Bruyère y Molière.
  • Un ejemplar de la primera edición en castellano de Papá Goriot, de Honorato de Balzac, publicada en 1900. Su protagonista no es Goriot, sino Eugene de Rastignac que se encuentra con Vautrin.
  • Niebla de Miguel de Unamuno, con Augusto y Antolín.
  • La Fontana de Oro, novela histórica de Benito Pérez Galdós, con la devota Paulita y el desdichado Lázaro.
  • Cuentos, obra del poeta y escritor francés Alfred de Musset, con el cuento «Las dos amantes».
  • La novela Diario de una camarera del francés Octavio Mirbeau, con Celestina como protagonista.
  • La vida del Buscón.

Planta:

  • Chilpalpal.

Arte: 

  • Una colección de desnudos de Gauguin en Tahití; «Las Edades del Hombre», una exposición de pinturas, orfebrería y obras religiosas.

Modelos:

  • Ciruelas reina Claudia; rosas de Castilla; baldosines sevillanos.

Personaje legendario:

  • Taita Carnaval, personaje legendario que baja de las montañas a bendecir a los pueblos andinos y augurarles abundancia en sus cosechas.

Religiosas:

  • Ave María Purísima; María Santísima; la Pascua; la Virgen de Guadalupe; Navidad; el Día de Reyes; figura del Sagrado Corazón; Señor de los Milagros; el Señor; Dios; la imagen de la Virgen de la Nube.

Música:

  • El Concierto para piano nº 2 de Rajmáninov.

Marcas:

  • Cola Cao.

Aguardiente y licor:

  • Zhumir; Bacanora.

Escala:

  • Richter.

Cine:

  • Chaplin y su caminar.

Divinidad:

  • Pachamama.

Sanador:

  • Manuel Jesús Montero Cambisaca, la Dirección Nacional de Salud de los Pueblos Indígenas, una entidad del Ministerio de Salud Pública del Ecuador, le había otorgado licencia para ejercer su oficio.

Reptil:

  • Monstruo de Gila, el reptil más venenoso del mundo, tiene cabeza de serpiente, patas de iguana y cuerpo de dragón, cuando muere queda en el sitio una mancha negra que no deja nada con vida.

Flores:

  • Rosas del Ecuador, orquídeas de Colombia, dalias de México, monjas blancas de Guatemala; macetas de geranios; rosas de pitiminí.

Monumentos:

  • La Tumba del Emigrante Desconocido; el busto de José Martí levantado en una plazoleta en Port Chester; monumento a Alexander Pushkin, un regalo de Moscú al Ayuntamiento de Madrid.

Fiestas:

  • Las fiestas patronales de Madrid, san Isidro Labrador, con los chulapos y chulapas, el chotis.

Colores:

  • Sahara; verde limón.

Circo:

  • Tony y Gigio Caluga, los hermanos payasos Caluga de Chile.

Bar de Madrid:

  • La Fontana de Oro, un bar de fachada imponente y decoración antigua, donde fue ambientada la novela homóloga de Benito Pérez Galdós.

Panadería:

  • Panadería Jalisco en Port Chester.

Turrón:

  • Turrón artesano de Jijona.

En resumen… «Entre acuarelas y lágrimas»

Al principio, no sabía qué me iba a encontrar exactamente en las páginas de esta novela porque no había oído nada sobre su contenido.  Ahora, después de leerlo, tengo claro que el tema principal es el de la emigración.  Y, sobre todo, versa sobre el desarraigo y el altísimo precio que conlleva.  Es importante subrayar que desarraigar es separar a alguien del lugar o medio donde se ha criado, o cortar los vínculos afectivos que tiene con ellos.

Por supuesto, esa separación no es baladí, ni gratuita.  En realidad, tiene unas consecuencias muy relevantes en las personas que se van buscando un mejor porvenir, dejando su pasado hacia un destino incierto y lejano, sin fecha probable de retorno y sin garantías de éxito. Pero también afecta y tiene repercusiones en las personas que dejan atrás, creyendo que hacen lo mejor para ellos.

«Buscaban cambiar sus vidas, y al final fue la vida la que los cambió a ellos»

Al principio, descubrimos a unos personajes con unas vidas normales, sin sobresaltos, con sus respectivas familias y en el entorno en el que han nacido y se han criado.  A ese momento pertenece la bonita portada, una acuarela que refleja el momento en el que se conocen los protagonistas.  Entonces, viven las situaciones habituales de cualquier persona, van al colegio, crecen, se enamoran, crean su familia… No piensan en emigrar, en marcharse.

Y eso es importante, porque las personas que se van de sus lugares de origen lo hacen porque se ven obligados por las circunstancias, se marchan sufriendo, teniendo que enfrentarse a un nuevo destino, a unas nuevas costumbres, a una idiosincrasia diferente, a otra forma de ver la vida…  Además, no puedo dejar de indicar que, casi siempre, tienen que aceptar trabajos que no quiere hacer la gente de aquí, por un salario inferior y unas condiciones de trabajo muy exigentes.

Asimismo, el libro refleja el proceso completo de la emigración: el complicado momento de tomar la decisión, la dificultad de asumirlo y no ver otra salida, querer encontrar una solución y estar dispuesto a cualquier iniciativa sin resultado, contraer una deuda para hacerlo sabiendo que costará saldarla, despedirte de tus hijos, tus padres y tus amigos por un tiempo indeterminado, emprender un viaje con muchos riesgos y escasas garantías.

El viaje.  La verdad es que las historias que vamos conociendo de la mano de los personajes que nos cuentan su experiencia, estremecen.  En todas hay un poso de sufrimiento, de amargura, de impotencia, de vejaciones y situaciones comprometidas.  Cada uno tiene una razón, una causa, un motivo, pero todos coinciden en que pasan por vivencias extremas que se unen al desarraigo, a la tristeza por lo que pierden sin fecha de vuelta.  Y se preguntan si merece la pena.

Después del duro trayecto, comienza la nueva realidad, en un lugar nuevo y desconocido, con la ayuda de algunas personas que el azar les va poniendo en su camino, con parientes que dieron el paso primero y favorecen la llegada, con antiguos conocidos que señalan pautas para afrontar con más ánimo el comienzo, con nuevas amistades que aparecen y merecen la pena, con gente que valora el esfuerzo realizado y su aportación en el país.

Pero también con la falta de papeles, sin un permiso de trabajo o de residencia, con la necesidad de esquivar a la policía para evitar problemas, con la premura de disponer de un salario digno que te permita saldar la deuda, mandar dinero a tu hogar e iniciar la construcción de una casa para un futuro sin fecha de inicio… Y, sobre todo, con el dolor de no ver crecer a tus hijos, de no poder compartir con ellos la rutina o los acontecimientos especiales, con el temor de que no tengan en cuenta el sacrificio realizado.

Esos aspectos quedan perfectamente reflejados en la novela.  Vemos como la comunicación con esos hijos a cargo de las abuelas va cambiando, como los locutorios internacionales se convierten en una tabla de salvación para los inmigrantes porque les permiten estar en contacto con los suyos, como las llamadas son largas y llenas de risas al principio, para posteriormente ir incluyendo reproches, rebeldía, incluso malas contestaciones que desconciertan a los padres.

A través de los distintos testimonios que van apareciendo en el texto, a través de otros personajes que van conociendo los protagonistas, los lectores vamos viendo cómo evoluciona esta relación desde la distancia o lo que ocurre cuando los progenitores deciden que vayan al lugar donde están ellos.  Nunca es fácil y se van generando otros problemas adicionales.

Luego está la relación entre la pareja.  En este caso, cada uno de ellos se marcha a un destino diferente, en dos continentes distintos.  Hasta entonces, son un matrimonio que se quiere, con vicisitudes cotidianas nada extraordinarias, esforzándose por salir adelante, disfrutando con sus hijos en actividades apropiadas para su edad, con sus aficiones y sus proyectos.

Sin embargo, como es lógico, la distancia y el tiempo hacen mella en su trato, en su comunicación, en sus llamadas, en sus decisiones… Se convierten casi en dos desconocidos, en dos extraños que evolucionan cada uno a su modo, que tienen sus propios dilemas y preocupaciones, que reaccionan de manera personal a las cuestiones que surgen, que manifiestan claramente planteamientos paralelos… Dos miembros de un vínculo que respetan, pese a todo.

Y es curioso que cada uno afronta la soledad que sienten y marca su devenir por una vía.  Él se refugia en sus acuarelas, plasmando mediante las mismas sus emociones, el pesar por las ausencias, el amor que siente por su familia, sus anhelos y el sentimiento de culpa que le persigue y atormenta.  También se centra en el cuidado de un niño que le necesita y lo hace de nuevo gracias a sus acuarelas.

Ella busca su salvación a partir de los libros, que siempre han llamado su atención y a los que aprendió a apreciar desde la infancia.  Esos libros serán el vehículo que le conduce a una nueva ilusión, a un juego que se va transformando en inéditos sentimientos, en una incipiente atracción, en miradas disimuladas y, por supuesto, en dudas e interrogantes.

En realidad, es una novela que trata muchos temas, aunque giren en torno a la emigración.  Además, cuenta con una importante variedad de ingredientes para hacerla más interesante.  Hay distintos tipos de amor, diferentes modalidades de soledad, hay algo de aventura en los viajes que realizan, hay bastante tristeza, una buena dosis de sufrimiento, hay variadas formas de afrontar los sinsabores vividos, de encajar las dificultades… Pero también hay esperanza.

Hay relatos esperanzadores entre las páginas de la novela, de vidas que se abren camino pese a todo y a todos.  Junto a todo esto, también es destacable la información sobre libros antiguos y sobre hierbas medicinales y su uso curativo,

Una de las partes que más me ha gustado ha sido el intercambio de citas literarias que mantienen en secreto Antonio y Elvira, utilizando la completa biblioteca de él, que tanta tirria provoca en su mujer.  Empieza como un juego casi inocente y clandestino para, poco a poco, convertirse en algo intencionado y muy trabajado por parte de ambos para encontrar los fragmentos acertados, para dar con las frases justas y adecuadas, lejos de la improvisación.

Es una forma maravillosa de decirse muchas cosas utilizando las palabras de otros, es un trueque que les hace cómplices sin mala intención, que les une a través de las líneas de unos volúmenes que les apasionan, que les atraen, que les llevan a compartir un misterio que es solamente de los dos.  ¿No os parece un intercambio delicioso al alcance de todos?

Sin ninguna duda, es imprescindible resaltar la labor de documentación que ha llevado a cabo el autor, es palpable en el libro.  Además, se nota que ha disfrutado mientras la llevaba a cabo.

En conclusión, os recomiendo este libro porque te permite profundizar de una forma amena en un tema de actualidad como es la emigración.  Una cuestión que debe preocuparnos a todos, porque una gran cantidad de personas ponen en riesgo su vida por un porvenir y porque cada inmigrante tiene una historia detrás.  También porque está muy bien estructurada y bien escrita.

Para ir terminando, me ha parecido una novela bastante completa, escrita con dedicación, y entretenida, al mismo tiempo.  Y, casi al final, voy a poner dos «peros».  Aunque asistimos a una evolución en los protagonistas muy interesante, me ha faltado algún error, algún fallo en ellos, resultan demasiado perfectos, a mí me gustan más las luces y sombras. Y, el segundo es que la sinopsis es demasiado explícita, desvela demasiado de la trama.

En cualquier caso, os invito a leer «Entre acuarelas y lágrimas».  Después, como siempre, cuando la hayáis leído ¡dejad vuestros comentarios!

El desarraigo, la soledad o la ausencia no pueden dejarnos indiferentes. 

Mis fragmentos preferidos 

«Pues ojalá que los que se van no nos olviden, y los que se quedan no se cansen de esperar.» (página 32)

«Aquel viaje implicaba para él no haber logrado sus metas donde el destino lo había puesto y, en cambio, sí tener que ir a buscarlas donde no pertenecía» (página 100)

«Sintió un resquebraje de todos sus sentidos, una añoranza terrible por su patria y su familia.  Era el dolor del desarraigo que sufren los inmigrantes.  Entonces sucumbió al llanto, ahí donde estaba, a la vista de conductores y transeúntes que la observaban sin detenerse.  Fue un sentimiento que la hostigó desde entonces, y que se agravaba cada a noche a la hora de dormir.  Supo entonces lo que es amanecer sumida en el desconsuelo por la ausencia de los suyos» (página 140)

«Elvira presenció la angustia de las madres inmigrantes cuando se enteraban de la enfermedad de un hijo ausente.  Eran madres escaladoras de rocas que buscaban asegurar sus dedos en la pocas grietas que la vida les brindaba para trepar en aras del bienestar de sus hijos» (página 199)

«Se aferraba a la esperanza de que algún día hallaría la paz, no en el olvido, sino en la riqueza de sus recuerdos» (página 314)

Los fragmentos que me hicieron reflexionar

«Una presión silenciosa promulgaba que quienes no emigraban carecían de valor para afrontar los riesgos.  Existían razones suficientes para salir a buscar futuro en otro parte» (página 100)

«Nunca es tarde para nada; óyeme bien, nunca es tarde» (página 120)

«Así debes hacer con tus amistades -le dijo-, tú te juntas con los buenos, y la gente mala que se junte entre ella» (página 177)

Palabras aprendidas

  • Guadua: Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela.  Especie de bambú muy grueso y alto, con púas y canutos de cerca de medio metro.
  • Llantén: Dicho Planta herbácea, vivaz, de la familia de las plantagináceas, con hojas radicales, pecioladas, gruesas, anchas, ovaladas, enteras o algo ondeadas por el margen, flores sobre un escapo de 20 a 30 cm de altura, en espiga larga y apretada, pequeñas, verdosas, de corola tubular en la base y partida en cuatro pétalos en cruz, fruto capsular con dos divisiones, y semillas pardas elipsoidales, que es muy común en los sitios húmedos, y el cocimiento de sus hojas se usa en medicina.
  • Paila: Ecuador.  Caja, espacio para la carga en un vehículo.
  • Lantana: Arbusto originario de América, cultivado hoy como planta ornamental, que puede crecer hasta dos metros, de ramas espinosas, hojas aovadas, flores de diversas tonalidades, especialmente amarillas, y fruto pequeño, negro y carnoso.
  • Cuye: Chile: Conejillo de Indias (mamífero roedor)
  • Predio: Heredad, hacienda, tierra o posesión inmueble.
  • Esculcar: Espiar, inquirir, averiguar con diligencia y cuidado.  Registrar para buscar algo oculto.
***
  • Guacal: Canarias, Colombia, Cuba, Ecuador, México, República Dominicana y Venezuela: Especie de cesta o jaula formada de varillas de madera, que se utiliza para el transporte de loza, cristal, frutas, etc.
  • Bejuco: Planta sarmentosa y trepadora, propia de regiones tropicales.  Enredadera o planta trepadora.
  • Saguaro: México: Planta de la familia de las cactáceas, que crece en las regiones desérticas de México y el sudoeste de los Estados Unidos de América, con flores blancas y fruto comestible.
  • Sangorache: No está en el diccionario de la RAE. En internet, he visto que es también conocido popularmente como amaranto o ataco, es una planta que se produce en la zona andina de la Sierra ecuatoriana.  Es utilizado como una planta medicinal pero también como alimento por ser una fuente de nutrientes; por ejemplo, proteínas.
  • Ocotillo: México: Arbusto que ramifica desde el suelo, con flores rojas, cuya corteza produce resina.
  • Jodazos: No está en el diccionario de la RAE. En internet, he visto que puede ser cansancio, dificultad.
  • Nopaleda: Terreno poblado de nopales.  Nopal: Planta de la familia de las cactáceas, de unos tres metros de altura, con tallos aplastados, carnosos, formados por una serie de palas ovales de 30 a 40 cm de longitud y 20 de anchura, erizadas de espinas que representan las hojas, flores, grandes, sentadas en el borde de los tallos, con muchos pétalos encarnados o amarillos, y por fruto el higo chumbo, y que procede de México y se ha hecho casi espontáneo en el mediodía de España, donde sirve para formar setos vivos.

 

2 Comentarios

  1. Felipe Garces

    Esta reseña cubre un gran número de los componentes del libro «Entre acuarelas y lágrimas». Me gustó mucho que resaltas el significado de la emigración tanto para las personas que lo hacen como para los que se quedan atrás. Cada día pienso más, que todo aquel que va a emigrar debe leer este libro primero para estar seguro de la decisión que va a tomar.
    Felicitaciones por esta interesante reseña.

    Responder
    • Mis Palabras con Letras

      ¡Muchas gracias Felipe por tu visita y por tu comentario! Sí, he querido resaltar las consecuencias de la emigración también para las personas que se quedan, por son importantes. Gracias por tus felicitaciones, me alegra mucho saber que la reseña te ha parecido interesante, tiene mucho trabajo detrás. ¡Te espero por aquí siempre que quieras!

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