Tiro de recuerdos para mostraros una visita que tuve la oportunidad de hacer, cuando se podía viajar e ir sin mascarilla, a la Torre del Homenaje del Castillo de Alcañiz.
La Torre está dentro del castillo, situado en la llamada loma de Pui Pinos. Al mismo se accede ascendiendo por un pronunciado camino de ronda y atravesando un arco de entrada.
El castillo es actualmente un Parador que, sin duda, merece una visita. Desde ese lugar, las vistas de la población son increíbles. Además, siempre es un placer alojarse en un castillo-convento de los siglos XII-XIII ¿o no?
Introducción: Visita a la Torre del Homenaje del Castillo de Alcañiz
Bueno, no nos vayamos del tema… La visita a la Torre es obligatoriamente guiada y tiene precio (ya perdonaréis, pero ahora mismo no lo recuerdo), incluso aunque duermas en ese lugar.
Seguro que os pueden facilitar más datos en el apartado dedicado a Turismo del Ayuntamiento de Alcañiz.
Os aconsejo consultar horarios, especialmente ahora que es todo tan incierto.
No olvidéis tampoco echar un vistazo a la web de la Fundación Quílez Llisterri.
Contexto histórico
En la Península Ibérica, la recuperación y defensa de los reinos cristianos propicia la fundación de la Orden de Calatrava, una orden militar y religiosa. En 1179, ante la amenazadora presencia almohade en Valencia, Alfonso II de Aragón (1157-1196) cede la villa y el castillo de Alcañiz a la Orden con el objeto de que mantenga asegurada la zona.
Los calatravos estaban agrupados en caballeros y monjes, aunque unos y otros hacían votos de pobreza, castidad y obediencia. Vestían hábito blanco, escapulario negro y la cruz de calatrava, formada por cuatro flores de lis, negra o roja según las épocas.
La máxima autoridad era el Gran Maestre que residía en el castillo de Calzada de Calatrava, éste nombraba a los diferentes comendadores que ejercían su mandato en las áreas geográficas asignadas.
Desde principios del siglo XIII, aparece mencionado el comendador mayor de Alcañiz que gestionaba los asuntos de la Orden en la Corona de Aragón.
El castillo
Presenta un tipo de planta casi regular que semeja un trapecio, muy diferente a los modelos románicos anteriores al siglo XII. Su estilo arquitectónico, inicialmente de marcada influencia cisterciense conjuga las funciones de castillo y convento con dependencias religiosas -iglesia, claustro, refectorio- y militares -torreones, muralla, foso-.
La zona visitable está formada por la capilla, el atrio y el claustro, realizadas en torno al año 1200. Posteriormente, a principios del siglo XIV, sobre el atrio, se levanta la Torre del Homenaje.
El Castillo cobija uno de los más completos y plurales conjuntos de pintura mural gótica de la Península Ibérica de incalculable valor histórico-artístico.
La Torre del Homenaje
Erigida sobre el atrio de la iglesia, es una construcción en planta rectangular de tres pisos: los dos primeros, en estilo gótico y el tercero posterior.
Muy interesantes son las pinturas de la planta baja de la torre del Homenaje o atrio de la iglesia. En el muro opuesto a la entrada de la capilla (paramento oeste) se distinguen tres registros: en el superior se desarrolla un combate entre musulmanes y cristianos; en el segundo, el Encuentro de los tres vivos y los tres muertos; y en el tercero, el ciclo de la infancia de Jesús: la Visitación y, probablemente, la Natividad.
En la pared del fondo (paramento norte) se desarrolla el ciclo de la Pasión y Resurrección de Cristo. Y en la pared de la derecha o de acceso a la capilla (muro este) se desarrolla el ciclo del Juicio Final.
Además de los paramentos laterales, también conservan pinturas la cubierta y varios elementos arquitectónicos, evidenciando una estrecha relación entre las pinturas y el soporte pétreo sobre las que se aplicaron.
Debe interpretarse como un conjunto con un programa iconográfico común.
La escena de batalla recuerda los ideales de la Reconquista. La escena del Encuentro de los tres vivos y los tres muertos insiste precisamente en el tema de la fragilidad de la vida y alerta sobre la vanidad hacia las cosas terrenas.
Las cuatro grandes figuras representadas en su cubierta que integran el tetramorfos (actualmente muy desdibujadas) refuerzan el tema de la Pasión y Resurrección de Cristo, insisten en los cuatro momentos cruciales de la existencia de Cristo.
La iglesia
A ella se accede por un atrio o pórtico que es en realidad la planta baja de la torre del Homenaje.
La iglesia o capilla de Santa María Magdalena fue una de las estancias más importantes del castillo calatravo, en ella se celebraban actos tan solemnes como el armamento de sus caballeros.
La capilla es de una sola nave, de planta rectangular y testero recto. Se cubre con bóveda de cañón apuntada, dividida en cinco tramos por medio de cuatro arcos fajones.
Destaca en la cabecera de la iglesia, el sepulcro renacentista del comendador Juan de Lanuza realizado en el siglo XVI por el conocido escultor Damián Forment.
El claustro
Es de planta cuadrada y pequeñas dimensiones, se accede a través de una puerta de estilo románico tardío, situada en su muro oeste, y desde la iglesia, por una pequeña puerta de arco de medio punto.
Tuvo función funeraria, como lo demuestran los enterramientos y lápidas sepulcrales de los caballeros de la Orden de Calatrava hallados en las cuatro galerías.
Las obras de temática religiosa que decoraban sus muros han sufrido un grave deterioro. Datadas en los siglos XIV y XV, se distinguen varias escenas referentes a la Crucifixión, la historia de San Miguel Arcángel y la Virgen de la Leche.
Planta noble de la Torre del Homenaje
La que se considera planta noble es la primera, que debió ser el aposento más suntuoso del comendador y cobija un conjunto pictórico de temática civil y militar que rememora, en las caras de los arcos, las campañas de Jaime I el Conquistador contra los reyes de taifas de Valencia y Murcia.
En el intradós del segundo arco, se representa un calendario mensario, en el que están descritos los oficios y las tareas del campo propias de cada mes del año.
En el muro sur se distinguen varios registros: En el superior, un campamento en cuyas tiendas lucen las cruces de los caballeros calatravos, y una ciudad almenada.
El registro inferior alude al mito del salvaje, esta figura sobre todo durante la Edad Media, simboliza no solo al hombre primitivo, sino también al caballero que ha perdido su condición por haber sucumbido a los pecados de la carne.
En el muro del lado oeste, por el que se accede a la sala, se representa un castillo con un mirador abierto de ventanales góticos que deja ver a tres jóvenes afligidas, y un caballero que se aleja galopando.
La imagen puede ser una referencia al castillo del amor que con frecuencia se menciona en los libros de caballerías de la época y las damas dolientes una alegoría de las tres Virtudes Teologales (fe, esperanza y caridad)
Visita a la Torre del Homenaje del Castillo de Alcañiz
Hacer una escapadita siempre está bien. Después de casi un año de restricciones y confinamientos, tenemos más claro que nunca que merece la pena perderse lejos, muy lejos o cerca. ¿Por qué no acercarte a lugares que tienes a mano y que te van a sorprender seguro?
Está claro que el Bajo Aragón es una visita obligada, a medio camino entre las provincias de Zaragoza, Teruel, Tarragona y Castellón. Su estratégica situación ha hecho de esta comarca una zona comunicación entre el valle del Ebro y el litoral mediterráneo, en la que los viajeros pueden disfrutar de un carácter acogedor, así como de costumbres y tradiciones arraigadas. Sin olvidar su Semana Santa.
Dentro de esta zona, Alcañiz es parada innegociable, para disfrutar de la plaza de España, enmarcada por dos de los edificios más bellos de la ciudad: el ayuntamiento, del siglo XVI, y la lonja, que constituía el mercado público en el medievo. Y muy cerca también puedes conocer los pasadizos medievales que testimonian la importancia que tuvo esta ciudad durante la Edad Media.
Además, gracias a Motorland, es la ciudad del motor. Y, por supuesto, sin olvidar su imponente Castillo y la Torre del Homenaje que os acabo de mostrar.
Así que la visita a la Torre del Homenaje del Castillo de Alcañiz ¡es un sí! Descubrid esta maravilla, alargad vuestra visita por la localidad, también por la zona y, si está en vuestra mano, pasad un noche en este lugar. A veces, por no decir siempre, es muy importante darse un capricho. Y, si vais un domingo, por ejemplo, seguro que encontráis una buena oferta.
0 comentarios