Relato «Dentro de un límite»

Ahora que los días son largos y el tiempo cunde, comparto con vosotros, junto a otros, mi relato «Dentro de un límite».  Este texto surgió para una colaboración en una revista digital y cultural que más tarde desapareció, o eso creo, porque ya no está operativa.  Por eso, ahora he decidido hacerle un hueco aquí, en mi espacio, en mi pequeño rincón, donde tal vez debió estar desde el principio.

Poco más que añadir, hoy vuelve a la luz.  Y lo hace en su casa, así que lo dejo en vuestras manos.  No olvidéis leer entre líneas.  Os gustará o no, vuestra opinión será positiva o no, pero siempre será bienvenida.  ¿Queréis dejarla en los comentarios?  Os lo agradeceré.

***

El relato comienza así:

La cosa iba bien hasta el día que me habló uno de los leones, o eso imaginé, porque llevaba unos días sin centrarme y aturdida por las obligaciones, sin ningún motivo aparente.  Debía ser por tantos ratos de espera en la entrada de aquel despacho de abogados, mirando sin ver esos elegantes animales de adorno, que vigilaban sin expresión los movimientos de impaciencia de los clientes, abrumados por la larga espera.  La gestión de mi asilo político no estaba resultando fácil y la anciana a la que cuidaba, se estaba impacientando por mis continuas salidas.  Me decía que podía irme sin problema, pero que no olvidase todo lo que faltaba por hacer y que ella no perdonaba su paseo matutino, aunque muchos días le daba pereza y se quedaba frente a la tele, opinando sin que nadie la oyese, ni siquiera yo.

***

A pesar de su extremo control y constante supervisión, era amable e intentaba interesarse por mis desvelos, pero no le gustaba quedarse sola ni un minuto, le daba miedo morirse sin compañía. No dejaba de repetirme que a ella no le importaban los comprobantes de compra, que me los pedía porque su hija era muy desconfiada y le insistía en que, por el bien de todos, era mejor fijarse en los gastos y, sobre todo, en las vueltas. Desde que nos conocimos, cuando me contrató negociando en nombre de la señora y achacando a su vejez el horario tan poco flexible, nunca nos llevamos bien. Su lista de preguntas impertinentes fue interminable, exigió varias recomendaciones que tuve que inventar sobre la marcha y terminó pidiéndome discreción y compostura. Sin embargo, casi se le olvidó comunicarme cuál sería mi sueldo y si iba a disponer de alguna tarde libre para despejarme. 

***

Para leerlo completo, lo podéis descargar en el siguiente enlace:

Relato: Dentro de un límite

 

¿Qué te ha parecido? ¿Por qué no me cuentas tu opinión?  Si te ha gustado ¡perfecto!  En caso contrario ¡no pasa nada!  Me encantaría conocer tus impresiones.

No lo dudes, deja un comentario.  Estoy deseando descubrirlo…

 

2 Comentarios

  1. Silvia

    Seguramente más que fantasía parece realidad. Buen relato!!

    Responder
    • Mis Palabras con Letras

      ¡Muchas gracias Silvia por tu visita y por tu comentario! Y, por supuesto, gracias por considerarlo buen relato, porque me anima a seguir escribiendo. Los relatos siempre tienen algo de realidad y de fantasía. ¡Te espero por aquí siempre que quieras!

      Responder

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